Roma se impuso 1-0 en el Olímpico ante Udinese, en uno de los adelantos de la trigésimo segunda fecha del "Calcio", y se metió de lleno en zona de clasificación a la próxima Champions League. Como hace una semana ante Sampdoria, cuando un tanto de Daniele De Rossi le dio la victoria, hoy fue el bosnio Edin Dzeko el que sentenció el pleito a los 67' para catapultar a Roma en la tabla.
Dos goles que valen seis puntos y le permiten ubicarse a tres de distancia de un Inter que la precede y dos por encima de un Milan que recibía más tarde a Lazio en el cierre de la jornada de adelantos, y que Atalanta, rival de Empoli el lunes.
La mano de Claudio Ranieri empieza a verse en el equipo "giallorosso", que ganó sin jugar bien y dejó a Udinese sin invicto después de tres partidos sin derrotas al mando de Igor Tudor.
No se puede hablar de mínimo esfuerzo en este caso, pero sí de aprovechar al máximo las situaciones y Dzeko aprovechó la suya para volver a festejar en el Olímpico después de un año (su último gol en este escenario fue frente a Chievo).
"Lo único que importa son los tres puntos, más que el hecho que yo haya vuelto a marcar un gol en este escenario", afirmó el delantero, que destacó también la "importancia de haber mantenido el arco propio en cero".
Roma tardó en hacer pie ante un Udinese cuyos hombres anticipaban y ganaban cada pelota dividida en la primera media hora, al punto que el arquero Antonio Mirante tenía bastante más trabajo que su colega argentino Juan Musso.
Superado ese comienzo a media máquina, el equipo de Ranieri pareció despertarse con el aguacero que cayó sobre el estadio y empezó a llegar sobre el arco rival con cierto peligro, como un remate de Stephan El Shaarawy bien conjurado por el arquero.
Udinese, comandado por el también argentino Rodrigo De Paul, volvió a mostrarse más incisivo en el arranque del complemento ante una Roma que parecía sentir en las piernas el cansancio acumulado por el campo de juego mojado.
Pero el visitante, en el que ingresó a los 72' el argentino Ignacio Pussetto, se fue diluyendo con el correr de los minutos y Roma comenzó a crecer con más impetu que ideas, pero siempre con convicción.
Musso le ahogó el grito de gol a Dzeko a los 65', pero el bosnio tuvo revancha dos minutos más tarde y lo que no pudo festejar con un cabezazo lo logró con un derechazo que dejó sin opciones al arquero argentino.
El ingreso de Alessandro Florenzi en el arranque del segundo tiempo por un deslucido Juan Jesús, pero sobre todo el de Lorenzo Pellegrini, le dio más claridad al equipo local, que sufrió la baja de De Rossi por lesión, única nota discordante.
El "giallorosso" de Ranieri no se conformó con la ventaja mínima y fue por más. Allí radicó su mayor virtud, aún cuando sobre el final una serie de rebotes en el área propia amenazaron con restarle puntos.
El pitazo final de Marco Di Bello le dio tranquilidad a una Roma que contó también con el argentino Federico Fazio entre los titulares y relegó en el banco a sus compatriotas Diego Perotti y Javier Pastore.
Ahora, seguramente le prenderá una vela a Lazio, su clásico rival, que más tarde intentaba ponerle fin a una racha de casi tres décadas sin triunfos como visitante de un Milan obligado a ganar para volver a meterse en zona de Champions.
Más temprano, en el arranque de la jornada, Spal derrotó por 2-1 de local a Juventus, que sufrió así su segunda derrota en el campeonato y deberá esperar para festejar su octavo "scudetto" en fila al menos hasta que Napoli visite a Chievo el domingo. (ANSA).
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