Roma (Italia) - El municipio de Roma reabrió al público, después de seis años de labores, el área arqueológica del Circo Máximo, considerado el sitio de espectáculos más grande de la antigüedad y cuyas ruinas pueden ser visitadas mediante una serie de recorridos. De este modo la Ciudad Eterna recupera uno de sus lugares símbolo, vinculado directamente con los orígenes mismos de Roma.
El edificio será accesible a romanos y turistas a precios que van de los tres a los cinco euros.
El nuevo ingreso al sitio será a través de la plaza de Porta Capena. Tras 2.800 años de eventos, y a través de sus tesoros finalmente develados, el Circo Máximo envolverá a sus visitantes en una nueva sugestión sin tiempo.
La alcaldesa de Roma, Virgina Raggi, afirmó durante la reapertura que es importante haber devuelto a la ciudad un área tan preciosa, que estaba siendo restaurada desde 2009.
Las ruinas que se conservan hasta la actualidad y que fueron objeto de los trabajos se sitúan en el fondo sur del monumento, actualmente una enorme explanada de 600 metros de longitud y 140 de ancho entre el monte Palatino y el Aventino.
Del Circo Máximo quedan en pie pocas partes de las gradas del fondo sur. Los visitantes podrán recorrer sus casi cien metros de galerías y apreciar los restos de algunas letrinas, de una calzada aledaña al edificio y de un abrevadero de mármol. También fue restaurada la torre medieval de la Moletta, del siglo XII, con una intervención para su consolidación estática y la realización de una escalera interior para poder ascender a su piso más alto y disfrutar de una espléndida vista panorámica. Las intervenciones restituyeron una nueva capacidad de interpretar al monumento en su conjunto, redefiniendo la zona del hemiciclo a través de operaciones de reconstrucción de las estructuras, contención del terreno y la realización de nuevos recorridos de visita con su respetiva iluminación. Se podrán visitar también algunas habitaciones que eran utilizadas como bodegas (tabernas) para satisfacer las necesidades del numeroso público que asistía a los espectáculos: negocios para la venta de alimentos, hospedajes, lavanderías pero también oficinas para el cambio de divisas, necesarias para las apuestas en las carreras de caballos.
El Circo Máximo fue escenario en la antigüedad de carreras de cuadrigas y de caballos, así como ejecuciones, luchas de gladiadores o manifestaciones relacionadas con la vida política, social o religiosa de la urbe.
Durante sus 2.800 años de historia sufrió múltiples incendios y reconstrucciones y permaneció en activo hasta las primeras décadas del siglo VI. A partir de entonces fue una zona agrícola, una propiedad privada o un cementerio judío, entre otras cosas.
La primera versión de este edificio se remonta al reinado de Tarquinio Prisco (616-579 a.C), cuando se erigió un circo con instalaciones de madera, pero solo cuando llegó al poder Julio César (49-44 a.C) se edificó un estadio fijo. La zona donde se situaba era de gran relevancia ya que, de acuerdo a la mitología, fue en este lugar donde se produjo el "rapto de las Sabinas" de parte de Rómulo, primer emperador y fundador de Roma, para dotar de mujeres a la ciudad. (ANSA).