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Domenica, 15 Gennaio 2017 15:48

Inter ganó cuando afinó la mira

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Inter extendió su racha positiva al lograr su quinta victoria en fila frente a un Chievo que arrancó en ventaja en un partido que el "nerazzurro" dominaba y dominó y terminó dando vuelta para ganar por 3-1.


Un arranque prometedor para el equipo de Stefano Pioli en la segunda ronda del campeonato, aunque no lo fue el del partido disputado en el Giuseppe Meazza, congelado cuando los de Rolando Maran se pusieron arriba en su primer remate al arco.
Hasta que Sergio Pellissier abrió el marcador a los 34', el arquero esloveno Samir Handanovic había sido un mero espectador y sufría por las ocasiones de gol que sus compañeros desperdiciaban.
Sólo así se explica que Inter se fuese al descanso en desventaja tras un primer tiempo en el que hizo el gasto y generó las mejores situaciones, empezando por el cabezazo de Icardi apenas ancho a los 12' tras centro de Cristian Ansaldi.
La combinación entre los compañeros argentinos presagió lo que vendría, pues seis minutos más tarde fue el debutante Roberto Gagliardini, recién llegado de Atalanta, quien obligó al lucimiento a Stefano Sorrentino.
El arquero visitante volvió a lucirse a los 29' ante un potente remate de Antonio Candreva y un minuto después repitió tras el tiro de esquina que el croata Ivan Perisic desvió sobre su arco.
Los hinchas de Inter ya empezaban a mirarse de reojo y ni que hablar cuando Pellisier puso en ventaja a Chievo tras una desatención defensiva de Danilo D'Ambrosio en un córner ejecutado por el esloveno Valter Birsa.
Baldazo de agua fría en la gélida noche milanesa para los aficionados y para los propios jugadores de un Inter que volvió a llegar con peligro con un cabezazo de Gagliardini que Sorrentino conjuró a los 38'.
Otra vez aparecería en escena el arquero visitante antes de caer el telón del primer acto, esta vez para negarle el gol a Icardi desviando con los puños el cabezazo del capitán "nerazzurro".
Así se irían al descanso con una estadística que reflejaba el dominio de Inter y la practicidad de Chievo. Cinco remates al arco de 15 para el local y ningún gol, contra uno del visitante que bastó para marcar la diferencia.
Imposible imaginar la charla de Pioli en el entretiempo y sí la desazón de Inter, que casi sufre el segundo gol de Pellisier apenas retornado al ruedo, pero Handanovic se encargó de mantenerlo en carrera.
Claro que la figura de la cancha no era por entonces el esloveno sino su colega Sorrentino, que a los 53' volvió a negarle el festejo a Perisic ante un cabezazo a quemarropa con destino de empate.
Intentando romper el "maleficio", Pioli mandó a la cancha a otro delantero: el ítalo-brasileño Eder, quien reemplazó a Ansaldi buscando darle también mayor poderío ofensivo a los avances locales.
Cuatro minutos después, a los 65', el recién ingresado sufrió en carne propia a Sorrentino en un tiro libre, cuando Inter asediaba a Chievo, refugiado en su propio campo tratando de sostener su mínima ventaja.
Otro remate de Eder despejado por Sorrentino hacia presagiar que la suerte estaba echada para Inter, pero apareció en escena Icardi y por fin superó la resistencia del arquero con un zurdazo inatajable.
El reloj marcaba 70' cuando se "rompió el hechizo" y Pioli mandó a la cancha al argentino Ever Banega buscando claridad a la hora de atacar y distribuir y cerca estuvo el volante de darle la razón pues habilitó a Icardi, que esta vez no acertó. El goleador del campeonato con 15 tantos no se dio por vencido y seis minutos después, a los 86', se vistió de asistidor y metió un pase profundo para que Perisic sometiese a Sorrentino de derecha por segunda vez en la noche.
Y lo que Inter no había logrado en todo el partido lo consiguió en la agonía, cuando Eder también se sacó la mufa y en el tercer minuto adicionado decretó el 3-1 definitivo a pase del argentino Rodrigo Palacio.
Dos goles de ventaja que reflejaron con más fidelidad lo sucedido en cancha y le permitieron a Inter desembarazarse de un duro rival y sumar su quinto triunfo consecutivo en el campeonato.
Como frutilla del postre, después de haber sufrido tanto, el "nerazzurro" alcanzó la línea del archirrival Milan, ambos con 36 puntos, pero el "rojinegro" con un partido pendiente por su participación en la Supercopa de Italia, que ganó en Doha.
Si pretende jugar la próxima Champions League, objetivo que Inter se fijó esta temporada, habrá que sumar al menos 80 puntos, decía Pioli en la previa. Fueron 33 los que acumuló en la primera ronda. Hoy sumó de a tres en el inicio de la segunda.
Un buen comienzo, pensarán sus hinchas.(ANSA).

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