Desde hoy, y durante todo el fin de semana, las clientas del estilista, de 77 años, podrán comprar la prendas de la nueva colección, que se llama "February" y no tiene temporada.
"Me inspiré en un espíritu nómade, una sofisticación exótica que contraste formas purísimas con materiales rústicos, oros bruñidos, sombras del desierto, joyas artísticas y únicas", explicó el estilista.
La mujer para la que diseña Ralph Lauren -las musas este año son Jessica Biel y Camilla Belle, además de haber vestido a Melania Trump para la asunción presidencial- pasea en amplios caftanes en los colores del desierto y la tierra, realizados en telas naturales tratadas y preciosas, entre ellas una hecha de micropaillettes de dos milímetros que la transforman en oro líquido.
La noche es negro ónix y lamé, a veces combinado con cuero envejecido. En homenaje a la tendencia "see now buy now" todas las prendas, accesorios incluidos (entre ellas sandalias de piel de serpiente de vertiginosa plataforma a 1.450 dólares) están disponibles de inmediato en los principales negocios de Ralph Lauren en Estados Unidos, Europa y Asia, en Bergdorf Goodman, Saks Fifth Avenue, Moda Operandi y RalphLauren.com.
Los precios oscilan entre 890 dólares por una camiseta sin mangas de malla metálica hasta 7.990 por una chaqueta de pitón.
Serena, relativamente parlando, y sobre todo en horario a diferencia del pasado septiembre, fue el desfile de Kanye West, que volvió a producir con Adidas la línea Yeezy en la quinta temporada, aunque algunos reporteros se quejaron de haber sido dejados afuera por la seguridad.
Las buenas maneras de Kanye, que acaba de pasar un colapso nervioso que lo obligó a cancelar una gira, fueron atribuidas al deseo de ser tomado en serio como estilista.
El rapero es un protegido de Anna Wintour y al final del desfile la directora de Vogue fue escoltada al backstage por la mujer de Kanye, Kim Kardashian. (ANSA).