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El conflicto socio-político en Venezuela era definido como un asunto polarizado en el cual, dos bandos políticos en el contraste de sus ideas se debatían por dos visiones distintas de país. Esta afirmación dejó de ser cierta hace mucho tiempo.
Nicolás Maduro, quien llegó al Poder con vicios en su legitimidad, perdió el consenso político y el apoyo por parte de la sociedad, lo cual se evidenció en las elecciones Parlamentarias del 2015. Perdió incluso la capacidad de recibir ese apoyo por la fuerza, a través amenazas, corrupción y clientelismo político.
Y aunque la revolución se ha quedado sin dinero para seguir manteniendo un aparato clientelar (misiones, casas, etc!) destinado exclusivamente a sus simpatizantes, no se les ha acabado el dinero para mantener viva la corrupción que los une. Tampoco ha cesado el suministro de armamentos para reprimir, atacar y matar a los propios venezolanos.
Dictadura y Punto.
El rol de Nicolás Maduro, en honor a su apellido, ha sido madurar el totalitarismo en Venezuela pasando de una tiranía que se legitimaba con elecciones arregladas, hacia una dictadura propiamente dicha que suspendió todo tipo de elección y permanece en el poder con el mero uso de la fuerza.
Por otro lado, el régimen ejerce dominio en medio de la crisis humanitaria. La falta de comida, medicinas, servicios, junto a la delincuencia, son factores que han debilitado el tejido social de nuestro país. Como consecuencia, los venezolanos tienen más de 100 días en la calle que oficialmente, han dejado saldo de 99 fallecidos.
Entre Referendum y Paros.
La oposición insiste en la búsqueda una solución pacifica y democrática a la crisis.
Se llegó incluso a la realización de una consulta popular prevista por los artículos 333 y 350 de Constitución, rechazada por un Consejo Nacional Electoral cuyos integrantes son militantes del PSUV. De igual forma, los venezolanos participaron masivamente, sobrepasando 7.500.000 voluntades que dijeron SI a la democracia, un SI al respeto de los DDHH y un SI al cambio.
Ante la cínica reacción del régimen y viendose ignorada la voluntad del pueblo, se convocó a un Paro Cívico nacional que se cumplió en más del 85 por ciento del país. Así como también más de un 85 por ciento, según las encuestas, exige la salida inmediata de Maduro.
Entre otras acciones, la Asamblea Nacional en el ejercicio de sus competencias, designó a los nuevos magistrados del TSJ sustituyendo a los usurpadores nombrados de facto por el régimen. El Régimen por supuesto, respondió con nuevas represalias.
Mientras transcurren los hechos, nos preguntamos...
¿Bastarán el cinismo y el terrorismo de Estado para mantener en el poder a un régimen que se quedó sin pueblo y ahora sin territorio?
