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La Fundación que lleva su nombre decidió realizar una muestra, que se presenta en Milan y será puesta a punto en Turín, Palazzo Madama, del 12 de octubre de este año hasta el 19 de febrero de 2018. El título será "Gianfranco Ferré bajo otra mirada: Alhajas y Adornos" y expondrá unos 200 objetos-alhajas que recorren la totalidad de la vida creativa del célebre estilista, que fue también director artístico de la Maison de Christian Dior. "Ferré construye una zona franca en el seno de su propio mundo de referencia, elaborando cada objeto bajo la estela de un sistema de clasificación general de conceptos que se convierten en objetos", explica la curadora de la muestra, Francesca Alfano Miglietti. Así, amplía, "piedras brillantes, metales esmaltados, conchillas pulidas, maderas pintadas, cristal de Murano, cerámicas retro, cristales Swarovski, madera, cuero, hierro y cobre y bronce, serán la sucesión de un encantado horizonte de prendedores, collares, cinturones, anillos, brazaletes, gargantillas". Para Ferré la ornamentación no era la hija menor de una alhaja sino un concierto de eternidad que debe representar la inmanencia del presente.
El adorno siempre fue una pasión del estilista italiano, ligada en un modo indisoluble a las colecciones de moda y resultado de un enfoque apasionado y, a menudo, innovador, nunca inferior al reservado al vestido.
Del resto justamente como diseñador de bijoux y accesorios, que regalaba a amigas y compañeras de la universidad (en 1969 se había laureado en arquitectura y el sobrenombre de arquitecto le quedó también siendo estilista), Ferré se abrió un camino en el mundo de la moda.
Sus creaciones fueron advertidas por Rosy Biffi, "talent scout" y titular de una boutique de vanguardia y huésped en algunos "show room".
En la muestra figuran los objetos realizados cuando comienza a desfilar, en 1980, hasta 2007, el año de su muerte.
Son contados como complemento de la vestimenta y su accesorio pero expuestos junto a algunos extremos en los que es propia la materia-alhaja para inventar y construir el vestido, convirtiéndolo en sustancia y alma.
Además, en este caso, llama la atención de Gianfranco Ferré los materiales a los que considera determinantes como parte esencial de su incansable búsqueda. (ANSA).
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Definir los accesorios para él era restrictivo, es que los adornos en sus vestidos, desde cinturones a alhajas, para Gianfranco Ferré, el estilista milanés muerto 10 años atrás a los 63 años, representaban una misma pasión y creatividad, a la par de sus colecciones.
La Fundación que lleva su nombre decidió realizar una muestra, que se presenta en Milan y será puesta a punto en Turín, Palazzo Madama, del 12 de octubre de este año hasta el 19 de febrero de 2018. El título será "Gianfranco Ferré bajo otra mirada: Alhajas y Adornos" y expondrá unos 200 objetos-alhajas que recorren la totalidad de la vida creativa del célebre estilista, que fue también director artístico de la Maison de Christian Dior. "Ferré construye una zona franca en el seno de su propio mundo de referencia, elaborando cada objeto bajo la estela de un sistema de clasificación general de conceptos que se convierten en objetos", explica la curadora de la muestra, Francesca Alfano Miglietti. Así, amplía, "piedras brillantes, metales esmaltados, conchillas pulidas, maderas pintadas, cristal de Murano, cerámicas retro, cristales Swarovski, madera, cuero, hierro y cobre y bronce, serán la sucesión de un encantado horizonte de prendedores, collares, cinturones, anillos, brazaletes, gargantillas". Para Ferré la ornamentación no era la hija menor de una alhaja sino un concierto de eternidad que debe representar la inmanencia del presente.
El adorno siempre fue una pasión del estilista italiano, ligada en un modo indisoluble a las colecciones de moda y resultado de un enfoque apasionado y, a menudo, innovador, nunca inferior al reservado al vestido.
Del resto justamente como diseñador de bijoux y accesorios, que regalaba a amigas y compañeras de la universidad (en 1969 se había laureado en arquitectura y el sobrenombre de arquitecto le quedó también siendo estilista), Ferré se abrió un camino en el mundo de la moda.
Sus creaciones fueron advertidas por Rosy Biffi, "talent scout" y titular de una boutique de vanguardia y huésped en algunos "show room".
En la muestra figuran los objetos realizados cuando comienza a desfilar, en 1980, hasta 2007, el año de su muerte.
Son contados como complemento de la vestimenta y su accesorio pero expuestos junto a algunos extremos en los que es propia la materia-alhaja para inventar y construir el vestido, convirtiéndolo en sustancia y alma.
Además, en este caso, llama la atención de Gianfranco Ferré los materiales a los que considera determinantes como parte esencial de su incansable búsqueda. (ANSA).
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