Las primeras referencias conservadas sobre pizza napolitana datan de 1715 a 1725. Vincenzo Corrado escribió a mediados del siglo XVIII un valioso tratado sobre los hábitos alimenticios de la ciudad de Nápoles, donde observó que la gente tenía la costumbre de guarnecer la pizza y los macarrones con tomate. La combinación de estos productos y sus comentarios dieron de hecho inicio a la reputación gastronómica de Nápoles y atribuyeron a Corrado un papel importante en la historia de la gastronomía. Estas mismas observaciones suponen la fecha de nacimiento de la pizza napolitana, un fino disco de masa con tomate.
Las primeras pizzerías aparecieron en Nápoles durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX eran un fenómeno exclusivo de esa ciudad.
La historia de la pizza comienza probablemente con la historia del empleo del pan por parte de la humanidad. Se tiene constancia de que en la antigua Grecia (cuna de los panes planos) donde ya se servía el plakuntos decorado con hierbas, especias, ajo y cebolla, en la época de Darío I el Grande (521-500 a. C.) los soldados persas tomaban pan plano con queso fundido y dátiles por su parte superior,1 y Virgilio en la Eneida menciona un plato similar.
Muchos autores afirman que la pizza, tal y como se conoce en la actualidad, procede de la ciudad de Nápoles (Italia) y aparece como plato popular entre los napolitanos, en algún instante no definido del siglo XVII. Es pues que la pizza nace de un alimento elaborado por los habitantes humildes de la ciudad de Nápoles y la composición no fuera tan variada como la actual.
Los panes planos y las preparaciones fundamentadas en ellos, como la pizza, son típicos de las cocinas mediterráneas. De esta manera, se tiene la antigua "focaccia" (alimento muy popular entre los soldados romanos) que se remonta a los antiguos etruscos.
Ingredientes para 4 raciones:
Masa:
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250 Gramos de Harina
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1 Pizca de Sal
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125 Mililitros de Agua
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10 Gramos de Levadura fresca
Relleno:
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125 Mililitros de Salsa de Tomate
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250 Gramos de Mozzarella
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2 Unidades de Tomates frescos
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1 Pizca de Sal
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1 Diente de Ajo
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2 Cucharadas de postre de Perejil
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10 Unidades de Aceitunas verdes
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20 Mililitros de Aceite de oliva
Instrucciones | 1 hora 30 minutos
1. Empezaremos nuestra pizza casera por la masa. Para ello, coloca la harina mezclada con la pizca de sal sobre la mesa y haz un hueco en el centro para darle forma de corona.
2. Coge un bol y vierte el agua junto con el aceite y la levadura. Revuélvelo todo hasta disolver por completo la levadura y vierte la mezcla en el centro de la corona de harina.
3. Integra poco a poco los ingredientes hasta obtener una masa homogénea. Amasa durante 7 minutos sobre la mesa, haz una bola con la masa y cúbrela con papel film. Deja que repose durante 20 minutos.
4. Pasado el tiempo, estira la masa con la ayuda de un rodillo y pásala a una bandeja de horno previamente enharinada. Ahora es el momento de rellenarla.
5. Extiende la salsa de tomate sobre la base de la pizza dejando libre un borde de 1 cm. Luego, distribuye la mozzarella rallada por todas partes y hornea la pizza durante 10 minutos a 170ºC. Retírala y cúbrela con tomates cortados en rodajas.
6. Añade sal al gusto, reparte el ajo y el perejil picados. Incorpora las aceitunas y rocia la pizza casera con un hilo de aceite de oliva. Hornéala durante 5 minutos más. Retira la pizza napolitana y sírvela.