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Giovedì, 05 Ottobre 2017 16:58

Una vida sin cables: es la hora de la carga inalámbrica

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Los principales fabricantes de tecnología labran un terreno con los sistemas por inducción, pero las exigencias de los nuevos dispositivos de pequeñas dimensiones necesitan de una pronta solución.

En cada nuevo lanzamiento de teléfonos móviles hay un aspecto que es difícil comprobar de primeras. La batería. No tanto por la tecnología empleada, porque la mayoría por no decir todas son de iones de litio, pero sí por su duración. Nos solemos quedar con el dato que ofrecen los fabricantes, pero como cualquiera se puede imaginar no llega a ser del todo cierto. Hay marcas que cuando dicen «aguanta» una jornada completa se refieren, en verdad, a ocho o nueve horas seguidas, una jornada de un empleo medio.

Recargalos cada noche es un engorro, algo que aún no han superado los dispositivos móviles y «wearables» que plantean una vida sin cables. Bien, sí, pero a qué precio. Uno de los principales inconvenientes de los relojes inteligentes como los Apple Watch o los Samsung Gear son, precisamente, ése; la escasa duración de su pila, que obliga a enchufarlos antes de terminar el día. Incluso varias veces. En los móviles, por ejemplo, es más fácil. La alta densidad de sus baterías empleada (la de un móvil de alta gama llega a 3.500 mAh) debe ser suficiente para alcanzar el día y medio con solvencia. LG, Xiaomi o Motorola son algunas marcas que ya lo incluyen.

Pero en su elevado consumo entran otros factores, por lo que no nos podemos queda solo en los números. ¿Cuán de bien está optimizado tanto software como hardware? El tipo de pantalla (LCD, OLED…) también afecta a su duración. Por supuesto no es necesario subrayar si un usuario está continuamente utilizándolo (abriendo aplicaciones, viendo videos, consultando internet…), porque eso es la muerte. Por esta razón, y visto el panorama, algunos fabricantes han optado por dar soporte a sistemas de carga inalámbrica en sus dispositivos. En su mayoría, se trata de cargas por inducción que requiere de una placa específica. Son cómodas y prácticas. Es necesario tan solo dejarlo encima para que comience a recibir energía y ondas electromagnéticas.

Pero estos sistemas, por lo general, suelen ir a pedales, máxime si se comparan con las velocidades alcanzadas por los sistemas de carga rápida que ya incorporan determinados móviles de altas prestaciones. A consecuencia, pueden producirse pérdidas energéticas. Ni que decir tiene que si se coge el dispositivo se elimina la transmisión, con lo que tiene otra contrapartida: no se puede usar mientras se carga. Para ello hay otro aspecto a tener en cuenta; el dispositivo a cargar tiene que ser, además, compatible.

Apple, por su parte, ha pensado en otra idea. Sus nuevos iPhone 8 y iPhone 8 Plus (y también el futuro iPhone X que llega en noviembre) podrán cargarse de manera inalámbrica. El fabricante norteamericano ha optado por el estándar Qi, el más popular, y con el que permite efectivamente trasladar esta vida sin cables a sus nuevos dispositivos. Era una batalla en la que no podía dejar pasar. Su propuesta es, sin embargo, simple, pero efectiva. Llamada AirPower, esta base de carga permitirá cargar hasta tres dispositivos diferentes. Esto es, el iPhone, los auriculares AirPods y el reloj Apple Watch. Una placa para todo. Su aspecto negativo es que no llegará al mercado hasta el próximo año. Y también hay dudas sobre su precio. ¿Será excesivamente alto? Veremos, pero ya es un paso importante.

Como sucede en otras ocasiones, la firma de la manzana no ha llegado a esta solución la primera. Lo suyo es más bien reordenar y mejorar ideas ya encontradas. Sharp, con su Aquos Phone, ya daba la posibilidad en 2011 de cargar el terminal de manera inalámbrica, aunque para la mayoría se puede considerar a los Lumia 820 y 920, lanzados en septiembre de 2012, los primeros en soportar la carga Qi. En 2010 se anunció el estándar Qi para la carga inalámbrica. Lo intenta impulsar una organización, Wireless Power Consortium, que engloba numerosas firmas del sector. Y poco a poco se está extendiendo, pero el mundo de color de rosa que los usuarios desean todavía no ha llegado. Como utopía, otra alternativa, la carga inalámbrica por WiFi. Una propuesta que ya cuenta con patentes de Sony y Apple, pero todavía no se ha encontrado nada comercialmente solvente.

ABC.es

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