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"Matera tiene una belleza que el mundo nos envidia", dijo hoy el premier italiano Giuseppe Conte durante la ceremonia, al ingresar al Auditoria de la Cava del Sole.
Agregó que la ciudad "ofrece una demostración importante de la estética" y que sus casas cavadas en las rocas "confirman los rasgos enigmáticos de esa belleza". "Esta es la recuperación de Matera y del sur", concluyó Conte emocionado. También estuvo presente el presidente del país, Sergio Mattarella y el ministro de Bienes Culturales, Alberto Bonisoli, quien se dijo convencido de que la Capital Europea de la Cultura pueda "transformarse en un nuevo modelo de desarrollo".
Por su parte, el alcalde de Matera, Raffaelo De Ruggieri, sostuvo que la celebración de hoy es el resultado de "un modelo exitoso de turismo: Matera, de la vergüenza al resurgimiento".
La ciudad, capital de la provincia homónima, en la sureña región de Basilicata, fue conocida hasta los años '70 como "la vergüenza de Italia".
Las terribles condiciones de hacinamiento en que habitaban las familias dentro de las casas de piedra fueron empeorando desde inicios del siglo XX y se agravaron durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Pero todo el país conoció la situación recién en 1945 a través del libro "Cristo si é fermato a Eboli" (Cristo se detuvo en Eboli), ambientado en Aliano, un pueblo de la provincia adonde el escritor Carlo Levi había sido confinado por Benito Mussolini durante el fascismo.
Si bien son pocas las páginas que Levi le dedica a Matera y a sus condiciones de vida en esas casas-gruta, en las que las personas convivían con la mugre y enfermedades, fueron suficientes para que la política no pudiese mirar para otro lado.
En 1952, Alcide De Gasperi -entonces presidente del Consejo de Ministros- promulgó una ley especial para la restauración de esas casas, lo que implicó mudar a las familias y el lugar devino en una ciudad fantasma. Tras varios años de ideas y vueltas entre convertirla en un museo o repoblarla, se optó por esto último, recién en los '70, y por el inicio de una recuperación de los edificios en las rocas, que todavía está en curso.
A ello contribuyó una estrategia audaz: en 1993 la ciudad se presentó como candidata para inscribirse en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. Y triunfó.
Desde entonces "I Sassi di Matera", como se denomina a las casas construidas en las rocas, y el conjunto de iglesias rupestres, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, por constituir un "ecosistema urbano único". Por eso, este "resurgimiento" de Matera, que hoy la celebra como Capital Europea de la Cultura, no debe ser "una iniciativa aislada sino el modelo de un futuro posible, especialmente para los jóvenes", sostuvo el presidente de la RAI, Marcello Foa, cadena que transmitía en directo la inauguración. Bailarines con trajes fosforescentes se transformaban en caballos en una coreografía impactante entre las casas-caverna, realzando así su particular y extraña belleza.
El evento también contó con la soprano búlgara Valya Balkanska y los grupos Supernova, Spark y Quidams, quienes realizarán intervenciones coreográficas en distintos puntos de Matera. "Estamos en un período explosivo", sostuvo el presidente de la Fundación Matera, Salvatore Adduce, para dar cuenta del estado de ánimo en la ciudad.
El funcionario precisó que "la fundación invirtió para el programa de actividades 2019 48 millones de euros, que conseguimos a fuerza de lágrimas y sangre". El esfuerzo valió la pena. "I Sassi di Matera" jamás volverán a ser "la vergüenza de Italia". Lástima que Levi no haya vivido para celebrarlo. (ANSA).
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Bandas musicales de distintos países europeos, acrobacias y fuegos artificiales dieron inicio hoy a la ceremonia inaugural del "reinado" de la ciudad de Matera, ubicada en el sur de Italia, como Capital Europea de la Cultura 2019.
"Matera tiene una belleza que el mundo nos envidia", dijo hoy el premier italiano Giuseppe Conte durante la ceremonia, al ingresar al Auditoria de la Cava del Sole.
Agregó que la ciudad "ofrece una demostración importante de la estética" y que sus casas cavadas en las rocas "confirman los rasgos enigmáticos de esa belleza". "Esta es la recuperación de Matera y del sur", concluyó Conte emocionado. También estuvo presente el presidente del país, Sergio Mattarella y el ministro de Bienes Culturales, Alberto Bonisoli, quien se dijo convencido de que la Capital Europea de la Cultura pueda "transformarse en un nuevo modelo de desarrollo".
Por su parte, el alcalde de Matera, Raffaelo De Ruggieri, sostuvo que la celebración de hoy es el resultado de "un modelo exitoso de turismo: Matera, de la vergüenza al resurgimiento".
La ciudad, capital de la provincia homónima, en la sureña región de Basilicata, fue conocida hasta los años '70 como "la vergüenza de Italia".
Las terribles condiciones de hacinamiento en que habitaban las familias dentro de las casas de piedra fueron empeorando desde inicios del siglo XX y se agravaron durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Pero todo el país conoció la situación recién en 1945 a través del libro "Cristo si é fermato a Eboli" (Cristo se detuvo en Eboli), ambientado en Aliano, un pueblo de la provincia adonde el escritor Carlo Levi había sido confinado por Benito Mussolini durante el fascismo.
Si bien son pocas las páginas que Levi le dedica a Matera y a sus condiciones de vida en esas casas-gruta, en las que las personas convivían con la mugre y enfermedades, fueron suficientes para que la política no pudiese mirar para otro lado.
En 1952, Alcide De Gasperi -entonces presidente del Consejo de Ministros- promulgó una ley especial para la restauración de esas casas, lo que implicó mudar a las familias y el lugar devino en una ciudad fantasma. Tras varios años de ideas y vueltas entre convertirla en un museo o repoblarla, se optó por esto último, recién en los '70, y por el inicio de una recuperación de los edificios en las rocas, que todavía está en curso.
A ello contribuyó una estrategia audaz: en 1993 la ciudad se presentó como candidata para inscribirse en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. Y triunfó.
Desde entonces "I Sassi di Matera", como se denomina a las casas construidas en las rocas, y el conjunto de iglesias rupestres, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, por constituir un "ecosistema urbano único". Por eso, este "resurgimiento" de Matera, que hoy la celebra como Capital Europea de la Cultura, no debe ser "una iniciativa aislada sino el modelo de un futuro posible, especialmente para los jóvenes", sostuvo el presidente de la RAI, Marcello Foa, cadena que transmitía en directo la inauguración. Bailarines con trajes fosforescentes se transformaban en caballos en una coreografía impactante entre las casas-caverna, realzando así su particular y extraña belleza.
El evento también contó con la soprano búlgara Valya Balkanska y los grupos Supernova, Spark y Quidams, quienes realizarán intervenciones coreográficas en distintos puntos de Matera. "Estamos en un período explosivo", sostuvo el presidente de la Fundación Matera, Salvatore Adduce, para dar cuenta del estado de ánimo en la ciudad.
El funcionario precisó que "la fundación invirtió para el programa de actividades 2019 48 millones de euros, que conseguimos a fuerza de lágrimas y sangre". El esfuerzo valió la pena. "I Sassi di Matera" jamás volverán a ser "la vergüenza de Italia". Lástima que Levi no haya vivido para celebrarlo. (ANSA).
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