El presidente Sergio Mattarella con su par chino Xi Jinping durante la comida ofrecida en su honor en la visita al Palacio del Quirinale, en Roma.
Ninguna voluntad de descarrilar de la estrategia económica de la Unión Europea (UE) o de la Alianza euro-atlántica, pero sí un intento de colocarse pionera en una nueva era en las relaciones entre China de la UE.
Y sobre esta vía es que se devana, en el día 'clou' de la visita del presidente Xi Jinping a Roma, la estrategia del Quirinale respecto del Memorándum sobre la Ruta de la Seda.
Un documento sobre el cual, no obstante la incidencia del choque entre M5E y la Liga, la ruta del presidente Sergio Mattarella fue siempre lineal, con el lema de un multilateralismo y de un principio de equidad en la cooperación entre los dos países que el jefe de Estado cita varias veces sin abandonar, entre otros, el delicado nudo de los derechos humanos.
Y qué decir acerca del Memorándum entre Italia y China que, en estas horas, desencadenó un mini-terremoto europeo con el presidente Emmanuel Macron, Angela Merkel y Jean Claude Juncker a poner en relieve una suerte de contra cumbres en París.
En el Quirinale, mientras tanto, no existe voluntad alguna de agigantar la movida del presidente francés. En el Memorándum se subraya que Italia trabaja desde hace tiempo en el respeto de su libertad de acción pero sin mellar ni el pacto europeo ni la alianza euro-atlántica. Punto acerca del cual Mattarella obtiene pleno acuerdo de Xi Jinping que en el curso de la bilateral puso en claro un concepto: su aproximación a Europa no será como quien se apresta a elegir de "un menú a la carta" sino más bien en el respeto a la unidad europea.
Las declaraciones conjuntas con las que los dos presidentes se presentan a la prensa luego de la reunión bilateral, no por casualidad fueron estudiadas palabra por palabra. Aún en aquellas faltantes, como el término telecomunicaciones, que, en cambio, Xi citaba dos días atrás. Signo éste que muestra que en 48 horas algo cambió y fueron acogidas las peticiones italianas -emerge sobre ello la alarma de Washington por el 5G (quinta generación de tecnologías de telefonía móvil)- sobre el TLC.
Es una modificación no menor, en el esquema de los acuerdos italo-chinos, pero sustancialmente es también la más importante.
Los acuerdos sobre los puertos de Genova y Trieste, no obstante la perplejidad de la Liga del Norte de días pasados, tiene luz verde.
Y un global vía libre tienen además todos los entendimientos puramente comerciales, y también la posibilidad, para Caja de Depósito y Préstamos, de utilizar los llamados "Panda Bond", obligaciones mediante las cuales podrán llegar recursos líquidos chinos a empresas italianas.
añana, en Villa Madama, las dos partes deberán firmar esto, y otros pactos. Y será el vicepremier Luigi Di Maio quien estampará su firma en el Memorándum para la Iniciativa de la Franja o Ruta que lo ha visto, en estos días, en una constante trinchera anti-Liga.
Y no es por caso, en el día de Xi en Roma que Matteo Salvini se mantuvo lejos, dialécticamente y físicamente, de la capital.
Comprometido en la campaña electoral en Basilicata y más bien reacio a cantar loas sobre el acuerdo italo-chino.
"La intervención de Mattarella es buena noticia", se limita a decir el vicepremier mientras Giuseppe Conte, primero en Bruselas y luego mediante Facebook en Roma puntualiza los beneficios del Memorándum para Italia. Un memorándum que el premier siente un poco suyo.(ANSA).
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El presidente Sergio Mattarella con su par chino Xi Jinping durante la comida ofrecida en su honor en la visita al Palacio del Quirinale, en Roma.
