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"En las actuales circunstancias, no puede ser puesto en práctica", informó la entidad tras evaluar los resultados de un estudio de factibilidad del proyecto que contemplaba, incluso, la posibilidad de jugar algunos partidos en países limítrofes.
La idea había sido incluida en el orden del día del próximo Congreso que la FIFA celebrará en junio en París, pero quedó descartada, al menos por ahora, al considerar que no estaban dadas las condiciones para avanzar en este momento.
Según explicó el organismo, elevar a 64 a 80 la cantidad de partidos en la próxima Copa del Mundo hubiese generado problemas logísticos difíciles de resolver, así que el proyecto dormirá el sueño de los justos al menos hasta la siguiente edición.
El "Mundial XXL", como algunos lo habían bautizado, no pasó la evaluación previa y quedó momentáneamente descartado, para lamento de Gianni Infantino, presidente de la entidad, que era su principal impulsor.
El principal obstáculo, en tanto, fue el bloqueo impuesto a Qatar hace años por algunos de los países vecinos, tal como destaca el estudio de factibilidad ordenado por la FIFA en virtud de "la situación geopolítica en la región".
Bloqueo encabezado por Arabia Saudita, que era justamente el país al que la FIFA apuntaba para coorganizar el torneo y que inicialmente había expresado su respaldo a la idea impulsada por Infantino, quien había intensificado sus contactos diplomáticos en Medio Oriente por ese motivo.
La posibilidad de compartir la organización del Mundial con los sauditas era justamente una de las llaves que se suponía permitiría levantar el bloqueo impulsado también por Emiratos Arabes Unidos, Egipto y Bahrein.
La FIFA había intentado sumar inicialmente a Kuwait y a Omán, dos naciones que no se habían plegado al bloqueo, para participar del proyecto, pero la idea no prosperó por cuestiones financieras y hasta religiosas.
Finalmente, la cuestión no logró saldarse y el cambio de formato deberá esperar al menos hasta la siguiente edición de la Copa del Mundo, cuya organización compartirán Estados Unidos, Canadá y México en 2026.
Qatar, al que los efectos del bloqueo no parecen haberle hecho mella, se salió con la suya pues se mostraba reticente a compartir la organización de su Mundial, para el cual tiene previsto construir ocho modernos estadios.
Ya construyó dos: El Estadio Internacional Khalifa y el Al Wakra, aunque organizaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron que las obras están manchadas con sangre de trabajadores sometidos a un regimen de esclavitud.(ANSA).
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El Mundial de Qatar 2022 se jugará con el actual formato, o sea con 32 selecciones, confirmó hoy la FIFA tras determinar que no estaban dadas las condiciones para elevar a 48 el número de participantes.
"En las actuales circunstancias, no puede ser puesto en práctica", informó la entidad tras evaluar los resultados de un estudio de factibilidad del proyecto que contemplaba, incluso, la posibilidad de jugar algunos partidos en países limítrofes.
La idea había sido incluida en el orden del día del próximo Congreso que la FIFA celebrará en junio en París, pero quedó descartada, al menos por ahora, al considerar que no estaban dadas las condiciones para avanzar en este momento.
Según explicó el organismo, elevar a 64 a 80 la cantidad de partidos en la próxima Copa del Mundo hubiese generado problemas logísticos difíciles de resolver, así que el proyecto dormirá el sueño de los justos al menos hasta la siguiente edición.
El "Mundial XXL", como algunos lo habían bautizado, no pasó la evaluación previa y quedó momentáneamente descartado, para lamento de Gianni Infantino, presidente de la entidad, que era su principal impulsor.
El principal obstáculo, en tanto, fue el bloqueo impuesto a Qatar hace años por algunos de los países vecinos, tal como destaca el estudio de factibilidad ordenado por la FIFA en virtud de "la situación geopolítica en la región".
Bloqueo encabezado por Arabia Saudita, que era justamente el país al que la FIFA apuntaba para coorganizar el torneo y que inicialmente había expresado su respaldo a la idea impulsada por Infantino, quien había intensificado sus contactos diplomáticos en Medio Oriente por ese motivo.
La posibilidad de compartir la organización del Mundial con los sauditas era justamente una de las llaves que se suponía permitiría levantar el bloqueo impulsado también por Emiratos Arabes Unidos, Egipto y Bahrein.
La FIFA había intentado sumar inicialmente a Kuwait y a Omán, dos naciones que no se habían plegado al bloqueo, para participar del proyecto, pero la idea no prosperó por cuestiones financieras y hasta religiosas.
Finalmente, la cuestión no logró saldarse y el cambio de formato deberá esperar al menos hasta la siguiente edición de la Copa del Mundo, cuya organización compartirán Estados Unidos, Canadá y México en 2026.
Qatar, al que los efectos del bloqueo no parecen haberle hecho mella, se salió con la suya pues se mostraba reticente a compartir la organización de su Mundial, para el cual tiene previsto construir ocho modernos estadios.
Ya construyó dos: El Estadio Internacional Khalifa y el Al Wakra, aunque organizaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron que las obras están manchadas con sangre de trabajadores sometidos a un regimen de esclavitud.(ANSA).
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