Anoche la subida máxima se frenó bajo los 80 centímetros y para hoy se hablaba de 125, con la posibilidad de que las zonas más bajas, como San Marcos, se inunden de nuevo.
El premier italiano, Giuseppe Conte, está en la ciudad, donde hoy debería reunirse con los comerciantes. Por la tarde habrá una reunión extraordinaria en Palazzo Chigim, sede del gobierno en Roma, para tratar la declaración del estado de emergencia.
"Hay un compromiso a 360 grados con Venecia, es una situación dramática en una ciudad única", dijo Conte a ANSA.
El 26 de noviembre será convocado el Comité Interministerial para la Salvaguarda de Venecia, donde se debatirán temas estructurales relativos a la ciudad, entre ellos los problemas que plantean las grandes naves de crucero y sobre todo el proyecto MOSE, un sistema de protección de mareas que prevé la construcción de decenas de compuertas para regular el flujo entre la laguna y el mar Adriático.
Muy demorado respecto del plan inicial, se apunta a terminar el sistema MOSE para 2021.
Ahora la ciudad debe enfrentar la restauración de los daños.
Conte anunció que se indemnizará a los particulares y dueños de negocios con un máximo de 5.000 y 20.000 euros respectivamente en una primera etapa.
En el caso de los daños más consistentes, se verificarán "con más calma y se requerirá una instrucción técnica".
Los mosaicos dorados de San Marco
"A un soplo del Apocalipsis, a un cabello del desastre", esa es una frase que da clara dimensión de la tensión y el dolor experimentado por los empleados de la basílica de San Marco, el "corazón" artístico y religioso de Venecia, golpeado una vez más por la marea alta de 187 centímetros.
El procurador de San Marco, Pierpaolo Campostruni, uno de los mayores expertos técnicos en salvaguarda de la iglesia con mosaicos dorados, reveló los daños. "El agua superó el medidor de 65 centímetros, entró no solo en el nártex (vestíbulo, NDR), también invadió la nave, inundó todo el piso y rompió las ventanas y hasta entró en la cripta, inundándola".
Dentro del sótano de la basílica, que hace años fue impermeabilizado para evitar más daños después del "Aqua Granda" de 1966, el agua subió a un metro y 20 centímetros.
En general, se trata de daños limitados, porque dentro de la cripta los objetos preciosos generalmente no se guardan allí, aunque sí algunas vestimentas y algún objeto sagrado para la celebraciones realizadas allí. En ese espacio también están las tumbas de los patriarcas de Venecia, que sufrieron daños limitados. Pero para la construcción medieval el agua representa un peligro furtivo porque, como explicó Campostrini "podría gestar problemas estáticos a las columnas, que sostienen la basílica".
"Afortunadamente, el personal actuó con rapidez y evitó el peor daño físico", dijo el experto.
Incluso dentro de la basílica no hay daños visibles, El agua ha entrado inundando todo el piso de los pasillos, pero objetos preciosos y vestimentas ya habían sido levantados e puestos en lugar seguro.
"Igual, el daño invisible permanece -dijo Capostrini- y eso está en proceso de evaluación, hay que medir el efecto de las filtraciones y del agua y la humedad que sube a lo largo de las paredes". "Estamos cansados y enojados", resopló.
Un estado también confirmado por el Primer Procurador de San Marco, Carlo Alberto Tesserin: "Fue una amarga sorpresa y esta vez el agua no salió del piso, entró desde las ventanas. Afortunadamente, colocamos hace muy poco tiempo otras bombas de agua, además de las existentes, que ponen en condiciones secas el área en menos de 24 horas", graficó. "Pero el daño permanecerá, porque en estas 20 horas aproximadamente la capacidad de absorción de pisos y paredes es dramática. Lo verificaremos y esperamos que no sea como tememos", acotó.
El miedo es siempre hacia el daño silencioso y persistente, la absorción de agua por los pisos y las paredes, que enciende el riesgo de que la humedad afecte los preciosos mosaicos dorados de las bóvedas y ábsides. Un enemigo contra quien la fiscalía ha centrado su atención, estudios y energías, comenzando principalmente desde el narthex, el lobby que regularmente que queda sumergido bajo unas decenas de centímetros de marea.
Ahora, con el cambio climático y las tormentas recurrentes, el riesgo siempre es mayor.
El patriarca Francesco Moraglia enfatizó esta mañana: "Podemos hacer un mantenimiento ordinario pero no extraordinario, ni estructural". Y la respuesta vino del ministro de Patrimonio Cultural, Dario Franceschini, quien mientras tanto anunció para mañana una inspección por parte de expertos en la Basílica de San Marco junto con el procurador, para gestar una primera evaluación de los daños. Con información de la Ansa