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Sabato, 23 Novembre 2019 15:32

Bérgamo, joya de la Lombardía

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Un corazón medieval y un alma contemporánea detrás de una muralla declarada Patrimonio de la Humanidad. Nuestras sugerencias para descubrir lo mejor de Bérgamo.

Dos ciudades en una: la Bérgamo baja, moderna e industrial, y la Bergamo alta, medieval y encantadora. Historia, música, cultura y visiones inesperadas... ¡no se lo pierda!

1. El funicular para llegar a la Ciudad Alta

Llegar a la ciudad alta es ya de por sí una experiencia. Puede decidir conquistarla subiendo las numerosas escalinatas repartidas por la ciudad, o bien utilizando uno de los dos funiculares que atraviesan las espléndidas murallas del siglo XV. La decisión es suya, el espectáculo está asegurado con cualquier recorrido que elija.

2. Pasear por las murallas venecianas

Sí, ha leído bien. Estamos en Lombardía, pero los seis kilómetros de espléndidas murallas que rodean Bérgamo son obra de la República de Venecia. Construidas entre el siglo XV y XVII, la “Obra de defensa veneciana” (que comprende, entre otras, las fortificaciones de Peschiera del Garda, Véneto, y de Palmanova, Friuli Venezia Giulia) fue declarada Patrimonio de la UNESCO en 2017.
Durante los fines de semana, el perímetro interno de las murallas de Bérgamo se convierte en una gran isla peatonal, ideal para dejar correr y jugar a los niños con total seguridad, o para dar un paseo romántico bajo la luna.

3. Un café en Piazza Vecchia, el "salón" renacentista de Bérgamo.

Todas las calles conducen a Piazza Vecchia, imposible equivocarse. Regálese un café en uno de los locales históricos que se asoman a la plaza, observe el lento ir y venir y olvídese del alboroto de las grandes ciudades. Piazza Vecchia debe visitarse con calma, sus piedras pueden contarle una historia de casi mil años.

4. Descubra las dos caras de la Basílica de Santa Maria Maggiore

Un viaje de 400 años a través de la historia de la arquitectura con solo atravesar un portón. La Basílica de Santa Maria Maggiore le sorprenderá con su fachada románico-lombarda y su interior barroco. Saliendo de la Basílica, cruce la calle y podrá visitar otro monumento símbolo de la ciudad: la Catedral de Bérgamo.

5. Admirar las obras maestras de la historia del arte

Raffaello, Tiepolo, Beato Angelico, Botticelli, Bellini, Mantegna, Tiziano y Rubens son solo algunos de los protagonistas que hacen que la Academia Carrara sea un cofre de tesoros de arte indiscutible.
Pero Bérgamo es capaz de satisfacer cualquier deseo artístico. Si es un amante del arte contemporáneo, no se pierda las salas de la GAMeC (Galería de Arte Moderno y Contemporáneo de Bérgamo). La Galería alberga una colección permanente de más de trescientas obras de artistas del siglo XX y contemporáneos, y ofrece un amplio programa de exposiciones e iniciativas culturales acompañadas de laboratorios y actividades dedicadas a los más pequeños.
Arte para todos, para todas las edades y para todos los gustos.

6. Relajarse en contacto con la naturaleza

Bérgamo posee rincones verdes ocultos por doquier. Pequeños jardines y extraordinarios oasis verdes que aparecen, al igual que un espejismo, entre las calles de piedra de la Ciudad Alta. Después de un atracón de historia, arquitectura y arte, llega el momento de hacer una pausa relajante y para ello no hay otro lugar mejor que el Jardín Botánico Lorenzo Rota: 1.750 m2 en los que conviven más de 1.200 especies autóctonas, exóticas y mediterráneas: plantas carnívoras, acuáticas, medicinales, alimentarias, ornamentales, de tinte. Un pequeño Edén capaz de cautivar incluso a los menos expertos.

7. Dejarse embelesar por las vibraciones de la música

Bérgamo es la ciudad natal del gran compositor del siglo XIX Gaetano Donizetti (entre sus obras, El elixir de amor,  Lucía di Lammermoor), al cual está dedicado el homónimo teatro.se añaden  A la extensa cartelera de temporada  dos eventos primaverales ineludibles: Bergamo Jazz, con artistas internacionales y direcciones artísticas excepcionales, y la “Donizetti Night”, una gran fiesta de la música durante la cual la Lírica sale de los teatros para conquistar callejones, claustros y monumentos.

8. Concederse un pecado de gula

Después de haber alimentado los ojos y la mente es el momento de sentarse a la mesa para degustar lo mejor de la tradición enogastronómica bergamasca.
¿Quiere un consejo? Un menú completo: casoncelli a la bergamasca (raviolis rellenos de carne, queso grana, uvas pasas y amaretto) condimentados con mantequilla fundida; liebre en salmi o polenta taragna con queso de los Alpes. No puede dejar de probar los excelentes quesos producidos en la región (el Taleggio, el Branzi, por ejemplo) y para acabar "polenta e osei", un dulce de mazapán, bizcocho y chocolate que reproduce el aspecto del segundo plato del mismo nombre, que consiste en un estofado de ave de caza servido con polenta. Si es muy goloso y todavía le queda espacio, pruebe un trozo de Tarta Donizetti (un pastel elaborado con harina, fécula, mantequilla, azúcar, huevos, piña y albaricoques confitados con licor de cerezas y vainilla). ¡Buen apetito!

Más información en www.in-lombardia.it

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