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Mercoledì, 27 Novembre 2019 16:46

Bolonia: ciudad culta, joven y creativa

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Culta, generosa y hospitalaria, Bolonia es una ciudad de placeres intensos que contentarán sus sentidos y su mente. Síganos en esta visita a través de sus símbolos y sus deleites.

1. Ciudad culta y juvenil

Bolonia es probablemente la única ciudad italiana que tiene tres apodos. El primero es "Docta". Aquí nació en el año 1088 la primera universidad del mundo occidental y todavía hoy su Ateneo atrae a estudiantes del resto de Italia y de todo el mundo: entre sus calles, sus callejones y sus soportales se respira un ambiente juvenil en continuo trajín.

La ciudad fue Capital europea de la cultura en el año 2000, y en 2006 fue declarada por la UNESCO “ciudad creativa de la música”. Entre las numerosas ofertas culturales destaca el MAMbo, Museo de Arte Moderno de Bolonia, sede de importantes exposiciones de arte contemporáneo que recorre la historia del arte italiano desde la posguerra de la II Guerra Mundial hasta hoy.

2. Capital de la buena mesa

El segundo apodo, la "Gorda" se debe a su generosa cocina, famosa en todo el mundo. Probablemente ya tiene en mente probar las tagliatelle con ragú de carne a la boloñesa, los tortellini, las lasañas; pero quizás no haya oído hablar del Fritto mixto a la boloñesa o de la Cotoletta petroniana, La mejor manera de conocer la calidad y la variedad de la gastronomía boloñesa es dar una vuelta por el Cuadrilátero, el antiguo mercado de origen medieval. Después de cenar, le aconsejamos visitar la histórica via Zamboni, frecuentada principalmente por universitarios, o bien el Pratello, la zona underground de la ciudad.

3. La ciudad de las torres...

Bolonia es conocida también como "la Roja" por el típico color de sus tejados, que podrá admirar desde lo alto de sus torres, uno de los símbolos de la ciudad. En la época medieval se podían contar más de 100, hoy solo 22 de ellas han conseguido sobrevivir; entre las más importantes, la Torre di Garisenda y la Torre degli Asinelli, que se encuentran junto a la entrada de la ciudad por la antigua via Emilia.

4. … y de los pórticos

Pisamos de nuevo tierra y damos un hermoso paseo, placer que en Bolonia puede disfrutarse en cualquier época del año: bajo el caluroso sol de verano o bien los días de lluvia. Todo es posible gracias a sus característicos soportales, que solo en el centro alcanzan una longitud total de casi 38 kilómetros. El más famoso es probablemente el que une Porta Saragozza con el Santuario de Nuestra Señora de San Luca, en el Colle della Guardia: mide 3,5 kilómetros y es considerado el más largo del mundo. Construidos durante un largo período de tiempo comprendido entre el siglo XI y el siglo XX, los pórticos de Bolonia son considerados un patrimonio de excepcional valor universal por el cual la ciudad fue candidata a la inscripción en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

5. Piazza Maggiore: el corazón de Bolonia

En la plaza Maggiore se encuentra una buena parte de los monumentos de Bolonia, símbolos del poder de la Iglesia como la Fuente de Neptuno y la Basílica de San Petronio, y del poder "civil" como el  Palacio del Podestà, construido en torno al 1200, que fue la primera sede del gobierno municipal. Una curiosidad: para experimentar un extraordinario efecto acústico especial, los visitantes pueden hablar entre sí en voz baja desde los ángulos opuestos de los pilares que sostienen la torre.

En la plaza Mayor se asoma también el Palacio Rey Enzo, que albergó durante cerca de veintitrés años al llamado 'rey preso' Enzo de Cerdeña, hijo de Federico II.  El Palacio de Accursio o Comunale sede actual del Ayuntamiento de Bolonia. En su interior se encuentra Salaborsa, un espacio cultural y multimedia de acceso libre y gratuito, donde existe la posibilidad de pedir prestados libros, libros electrónicos, dvd y cd prestado, de conectarse a la wifi gratuita, leer periódicos y revistas y participar en iniciativas tales como grupos de lectura, encuentros con autores, laboratorios creativos para los más pequeños.
Visita obligada, en las inmediaciones de la plaza, la Pinacoteca Nacional, que recoge obras de maestros como
Giotto, Raffaello, Carracci, y el Archiginnasio de Bolonia, sede de la antigua Universidad.

6. Los canales

Si, al regreso de su viaje quiere descubrir un aspecto poco conocido de la ciudad, salga en busca de sus canales. En la Edad Media y en el Renacimiento, Bolonia estaba atravesada por cursos de agua, cuya mayor parte fueron descubiertos durante los siglos posteriores. Pero si llega a via Piella, callejuela del centro histórico, encontrará una ventanita que se asoma al sugerente Canale delle Moline, uno de los pocos que han conseguido sobrevivir en Bolonia.

Más información en www.travelemiliaromagna.it

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