Dando al noreste al mar Adriático, la provincia limita al norte con los Abruzos (provincia de Chieti), al sureste con Apulia (provincia de Foggia), al sur con Campania (provincias de Benevento y Caserta) y al oeste con la provincia de Isernia.
Partiendo de las montañas del dorsal apenínico y pasando por las colinas, los lagos y los ríos del interior, hasta llegar a la franja costera del Mar Adriático, se descubre un territorio muy variado y bien diversificado en el que se encuentran aldeas, pueblos y ciudades, a veces aferrados a la roca, a veces extendidos entre las colinas.
El territorio está atravesado por los valles de los ríos Trigno, Biferno y Fortore, que muestran, por lo general, un desarrollo rectilíneo, rodeados por pendientes de colinas y montañas.
En esta provincia se encuentran además los únicos dos lagos de la región, que son ambos artificiales, y también importantes zonas húmedas para la ornitofauna tanto permanente como migratoria: el lago de Guardialfiera (también conocido como “del Liscione” que deriva del nombre del dique gracias al que fue creado) y el lago de Occhito.
Campobasso está a casi 700 metros de altura en la ladera de una colina de los Apeninos Meridionales: desde allí se pueden apreciar paisajes muy sugestivos de muchos lugares de la región.
Entre los numerosos monumentos de la ciudad de Campobasso destacamos el Castillo Monforte, construido alrededor de 1450 sobre los restos de una construcción normanda, en una colina que domina toda la ciudad; la Catedral, edificada en 1504 y luego reconstruida en estilo neoclásico en 1805 a consecuencia de un terremoto; la Iglesia de San Bartolomé, de estilo románico; la Iglesia de San Antonio Abad, erigida en 1572, que presenta una fachada tardo-renacentista y un interior barroco, decorado con telas y frescos del siglo XVII; la Iglesia de San Leonardo, que se remonta al siglo XIII; la Iglesia de San Jorge, erigida en el siglo XII en pleno estilo gótico. En la ciudad se encuentra también el curioso Museo del Pesebre, que conserva una colección de pesebres antiguos, algunos de ellos del siglo XVIII.
El territorio de la provincia de Campobasso es rico en hallazgos arqueológicos, como por ejemplo la Aldea de Campomarino, de edad prehistórica, y las numerosas necrópolis, como la necrópolis de Termoli, con restos de 141 tumbas, las Tumbas de Guglionesi, la necrópolis samnítica de Gildonea y las necrópolis longobardas de Campochiaro, de época alto-medieval.
Además, destacamos la necrópolis y las tumbas de época helenística de Larino, un hermoso pueblo habitado desde el siglo V a.C. y que por eso es rico en monumentos de varias épocas. Entre éstos, señalamos la domus helenística, el anfiteatro romano con el cercano balneario, la Catedral gótica del siglo XIV, la Torre contigua a la catedral, el Palacio del Ayuntamiento, y la Iglesia de San Francisco.
En el valle del río Tammaro, hay además núcleos urbanos fortificados, como la población samnítica de Monte Vairano, y la de Cercemaggiore y las fortificaciones de Gildone, Vinchiaturo-Mirabello, Duronia y la Terravecchia de Sepino. En el término municipal de Sepino, lugar por el que pasa no de los más importantes tratturi (cañadas) de Molise, otra importante población turística de Molise, se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana de Saepinum: el Foro, la Basílica, Puerta Bojano, el Balneario, el Teatro, el Cardo y el Decumano, las murallas, las majestuosas puertas de acceso.
Otras interesantes areas arqueológicas son las de Fagifulae-Santa María de Faifoli, cerca de Montavano, la de Bojano (Bovianum), la de Trivento (Terventum), la de Piano Quadrato y la de Tufara, donde se descubrió un almacén de monedas de gran interés.
Además, hay que recordar las villas rústicas de Morrone del Sannio, Canneto sul Trigno, San Martino in Pensilis, San Giacomo degli Schiavoni.
La provincia de Campobasso es rica en iglesias, sobre todo de época medieval, edificadas entre los siglos XII y XIV: de éstas destacamos la Catedral de Trivento, con su espléndida cripta, la Iglesia de Santa Maria della Strada en Matrice, la Iglesia de San Jorge en Petrella Tifernina, la Abadía de Santa María de Casalpiano en Morrone del Sannio, la Iglesia de Santa Maria a Mare en Campomarino, la Catedral de Termoli, la Iglesia de San Alfonso dei Liguori en Collotorto, la capilla de la Virgen de las Gracias en Riccia, la Iglesia de San Nicola di Bari y la Iglesia de Santa María la Mayor en Guglionesi, el Convento de Santa Maria della Libera en Cercemaggiore y la Iglesia de la Madonna del Canneto en Roccavivara.
Para terminar, hay que señalar los numerosos castillos que están presentes en el territorio, como el Castillo de Gambatesa, el Castillo de Evoli de Castropignano, el Castillo de Tufara, el Castillo de Torella del Sannio, el Castillo de Civitacampomarano, la Torre angevina de Colletorto, el Castillo de Riccia y el de Termoli.
Las montañas molisanas ofrecen un escenario especial en todas las estaciones, gracias a la naturaleza pura. Los exuberantes bosques de las montañas del Matese representan un hábitat natural de extraordinario valor para animales salvajes como lobos y rapaces.
El territorio es la meta ideal para los amantes del alpinismo y el senderismo, así como de la espeleología, ya que es rico en cavidades cársticas en las que se pueden admirar espléndidos fenómenos naturales, estalactitas, estalagmitas, marmitas, sifones y cavidades variadas.
Entre las localidades más conocidas de la provincia están Campitello Matese, pedanía del Municipio de San Massimo, importante lugar de atracción para los amantes del esquí, gracias a las fantásticas pistas y a los remontes de gran calidad.
Además, en la provincia de Campobasso hay dos reservas naturales, apropiadas para excursiones en busca de la flora y fauna locales: Oasis LIPU de Casacalenda y Oasis WWF de Guardiaregia-Campochiaro.
Elementos característicos del territorio son los tratturi, caminos de hierba que pastores y rebaños recorrían desde los pastos de verano hasta las llanuras de Apulia.
Para los amantes del mar, la provincia ofrece 38 kilómetros de costa en el Mar Adriático, con localidades turísticas engarzadas como gemas en el espléndido paisaje: Petacciato, Termoli, Montenero di Bisaccia y Campomarino. Estas localidades pueden satisfacer todas las exigencias del turista, ya que disponen de servicios turísticos de óptima calidad y de infraestructuras como hoteles, campings, restaurantes típicos y playas equipadas. Estas localidades ofrecen también conexiones con las Islas Tremiti, lugar ideal para los amantes de las actividades subacuáticas.
La cocina típica de Campobasso se basa en productos genuinos como calabacines, caciocavallo (queso) y embutidos.
Entre los primeros platos tenemos sopas de verdura y sopas a base de legumbres cultivadas en esta zona, como lentejas, farro, habas y alubias.
Pero el plato que más caracteriza esta ciudad es la Caponata, que se prepara con una base de harina de trigo (tarallo) humedecida con agua y vinagre y aderezada con tomate, apio, pimientos, anchoas, aceitunas negras y huevos cocidos.
Además, tenemos los crioli con nueces, bacalao preparado con nueces trituradas; las tacozze e fagioli, pasta casera con salsa de alubias y corteza de tocino.
En toda la provincia, hay que señalar los sabrosos embutidos y las carnes: capocollo curado, ciccioli, tocino, jamón, longaniza, soppressata (sobrasada), torcinelli y ventresca.
La diversidad del territorio es condición ideal para la presencia de muchas variedades de setas como boletus, agárico y gallinaccio, además de la trufa.
Y también los quesos, como el caciocavallo, burrino (queso-mantequilla), mozzarella y queso de oveja.
Entre los vinos, los más conocidos son el Biferno (blanco, tinto, rosado) y el Moscato. (Italia.it)