Sorprendentemente, esta mañana Mattarella visitó solo el Altar de la Patria, en la plaza Venecia de Roma. Solo y con su tapaboca subió la escalera y rindió homenaje al soldado desconocido. En la parte superior, encontró a dos coraceros, también con máscaras, todo un símbolo en los tiempos dolorosos de la pandemia, que portaron una corona. Mientras, un trompetista de los carabineros tocó el solemne acorde de llamada a silencio.
Italia conmemora cada año esta fiesta nacional con conciertos, eventos y exposiciones, para recordar cómo el país consiguió hacerse con el control de las ciudades del norte y expulsar a las tropas nazis en su retirada hacia Alemania, por eso el Día de la Liberación.
Pero, este año, los italianos celebran esta fecha histórica de una manera particular, sin poder salir a la calle por las medidas de confinamiento impuestas por el Gobierno para controlar la pandemia del coronavirus.
Fue Mattarella quien cumplió el ceremonial. A primera hora de la mañana, se acercó al monumento a Víctor Manuel II y subió la larga escalinata hasta la tumba al soldado desconocido, solo y llevando una mascarilla.
En tanto, el premier italiano, Giuseppe Conte, expresó sus augurios a la Patria en un mensaje.
"Larga vida a Italia. Italia liberó a Italia con los ojos secos en la noche oscura. Larga vida a Italia, Italia que no tiene miedo. Italia con los ojos abiertos en la triste noche.
Viva Italia. Italia que resiste", escribió Conte en sus canales sociales recordando el Día de la Liberación y citando algunos versos del famoso pasaje de Francesco De Gregori.
"El 25 de abril es nuestra fuerza, la unidad para comenzar de nuevo", escribió a su vez Mattarella.
"La Resistencia, la Liberación y el fin de la locura nazi-fascista son parte de la historia de la República, constituyen una reserva ética, de extraordinario valor civil e institucional, que hoy, una vez más, debe proporcionar al país esa poderosa energía común, bien representada por el Tricolor, para enfrentar juntos la fase de relanzamiento del país en continuidad con los valores del 25 de abril", resaltó el presidente.
De ese modo, reflexionó en el Día de la Liberación allanando cualquier controversia, limitada a círculos marginales de extrema derecha, optando por apelar a un cúmulo de valores que nació de la lucha por la liberación como el motor ideal para la recuperación de la emergencia del coronavirus. Un reinicio que necesariamente debe ser similar al que Italia supo implementar desde el primer período de posguerra, como se infiere de las palabras de Mattarella.
De ese modo, el presidente sintonízó con las preocupaciones reales de los italianos que buscan la conexión inevitable entre los desastres del momento y las dificultades de aquellos meses de postguerra. Es por eso que el jefe de estado elogia a los combatientes de "primera línea" que hoy son médicos, enfermeras, trabajadores y aquellos que están haciendo avanzar al país. Todos estos ciudadanos, dijo Mattarella, "manifiestan un espíritu que honra a la República y refuerza la solidaridad de nuestra convivencia, en el signo de la continuidad de los valores que han hecho que nuestro país sea extraordinario". "Y si en ese momento, con tenacidad, con un espíritu de sacrificio y un sentido de pertenencia a la comunidad nacional, Italia ha superado obstáculos que parecían insuperables", hoy "nuestra peculiaridad en el saber cómo superar la adversidad debe acompañarnos incluso en la dura prueba de una enfermedad que ha roto muchas vidas", apuntó Mattarella, en una referencia continua entre el pasado y el presente. "Necesitamos una acción para relanzar y renovar la capacidad de planificación económica y social y todos estamos llamados a esta empresa, instituciones y ciudadanos, fuerzas políticas, fuerzas sociales y económicas, profesionales, intelectuales, operadores en todos los sectores", amplió ya instalado en el presente.
Italia, recordó también Mattarella, se ha dotado "de antídotos contra la regeneración de esos gérmenes de odio y locura que habían alimentado la perversa aventura nazi-fascista". (ANSA).