El hallazgo habría sido fruto de la tarea investigadora del arqueólogo Konstantinos Sismanidis, que ya excavó el lugar de nacimiento del gran filósofo, al norte de Grecia, en la década de 1990 y ahora piensa que una estructura destruida que encontró entonces puede el lugar del último descanso del filósofo, reseña agencias.

Durante una conferencia en el puerto de Tesalónica - celebrada para marcar el aniversario del nacimiento del filósofo - señaló que, pese a no tener "ninguna prueba, sino sólo fuertes indicios", cree con fuerza en su teoría.

Sismanidis explicó que la estructura arqueada que sería tumba de Aristóteles fue descubierta en las ruinas de Estagira, a unos 60 kilómetros al este de Tesalónica. Esa estructura habría sido en su momento un monumento público para honrar a Aristóteles, pero sus restos no se encontraron allí.

El arqueólogo también citó referencias medievales que apuntaban a que las cenizas de Aristóteles fueron enterradas en su ciudad natal.

Aristóteles, que vivió del 384 al 322 antes de Cristo, fue discípulo de Platón, y es considerado como uno de los pensadores más influyentes de la historia y un contribuyente fundamental a la filosofía occidental.