El país del carnaval y pentacampeón mundial de fútbol es también el mayor fabricante de bikinis y tangas del planeta. Y si bien todavía no ha sido levantado un monumento a esa prenda que acaba de cumplir 70 años, sí existe uno erigido en honor a Brigitte Bardot, que deslumbró a los brasileños con su traje de baño minúsculo por las arenas del interior de Rio de Janeiro. Algo inédito para aquellos años lejanos.
    Los veraneos en Buzios de la legendaria actriz y símbolo sexual francesa marcaron época en un Brasil que todavía no estaba muy habituado a recibir celebridades mundiales. El estilo trasgresor de "la" Bardot paseándose en las playas salvajes de Buzios luego sería emulado por las mujeres más audaces locales en las arenas de Ipanema, Leblon y Copacabana.
    Al inicio de los años 50 Brasil era un país en transformación que dejaba de ser rural debido a la migración de millones de campesinos hacia Rio de Janeiro y San Pablo.
    Desde lo alto del cerro Corcovado, junto al Cristo Redentor se podía ver simultáneamente el surgimiento de las favelas y la construcción del Maracaná finalizado sobre la hora para la Copa del 50.
    Mientras tanto en las playas cada vez más concurridas, pero sin ser todavía destino del veraneo de masas, el bikini comenzó a surgir tímidamente.
    En esos tiempos el samba tradicional se dejaba cortejar por el jazz más cosmopolita, hasta surgir esa maravilla brasileñísima llamada Bossa Nova.
    "Garota de Ipanema", acaso el tema más representativo de la Bossa Nova, se inspiró en una adorable morena de bikini, generalmente negro, que cada tarde bajaba a la esa playa elegante del sur carioca.
    La bella era Heloísa "Helo" Pinheiro, que con menos de 20 años llegaba "llena de gracia" ante la mirada deslumbrada del músico Tom Jobim y el poeta Vinicius de Moras, autores de "Garota de Ipanema".
    Los bikinis de la jovencita Helo, que a veces iba a la playa acompañada por sus padres, no eran tan insinuantes como los lucidos por Brigitte Bardot en Buzios junto a su prometido, el playboy marroqui Bob Zagury .
    Por cierto antes de causar un terremoto a su paso por la bucólica aldea de pescadores que era Buzios en aquellos años, Bardot ya había mostrado su exhuberancia en las playas de Saint Tropez.
    Al principio los bikinis brasileños tapaban hasta el ombligo recuerda la actriz Carmen Verónica, hoy con 83 años, una de las pioneras que se animaron lucir esa ropa de baño en las arenas cariocas.
    "En esa época Leblon era una aldea, yo salía de mi casa con la sombrilla acompañada por mi suegra francesa y cuando me quitaba la salida de baño y se veía mi bikini era un revuelo impresionante", recuerda doña Carmen Verónica aquellos tiempos lejanos. (ANSA)