La explosión, que ha tenido lugar en las proximidades de una comisaría de policía, ha causado asimismo grandes daños en los coches y los edificios cercanos.
Por ahora nadie se ha atribuido la autoría del ataque.
La provincia de Elazig cuenta con una población mayoritaria no kurda y hasta ahora ha estado alejada de los combates entre las fuerzas turcas y los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Horas antes un coche bomba acabó con la vida de tres personas, dos civiles y un policía, e hirió a más de 70 en un atentado atribuido al PKK en la provincia de Van, unos 360 kilómetros más al este, cerca de la frontera con Irán. La policía detuvo a un supuesto miembro de esta organización.
Según las primeras informaciones, un coche bomba estalló sobre las 6.20 horas GMT en un aparcamiento adyacente a la comisaría de Elazig, un edificio de cuatro plantas a una distancia de seis kilómetros del centro de la ciudad.
El inmueble quedó prácticamente destruido y una enorme columna de humo se puede ver desde gran distancia, mientras que incluso en las tiendas a una distancia de dos kilómetros saltaron los cristales de las ventanas, informa la cadena NTV.
Según los primeros datos, adelantado por las autoridades locales, tres policías han fallecido en la explosión, y unas cien personas han quedado heridas, diez de ellas de forma grave.
El ataque se atribuye al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda, que en los últimos meses ha recurrido a menudo a atentados con coches bomba contra comisarías de policía en el sureste de Turquía.
Poco antes de medianoche, un ataque muy similar contra una casa cuartel de la policía en la provincia de Van, limítrofe con Irán, se cobró tres muertos, dos de ellos civiles.
Las fuerzas de seguridad turcas sufren ataques casi diarios del PKK tras el fin de un alto el fuego unilateral por el fracaso de las conversaciones de paz con el Gobierno en julio de 2015.
Alrededor de 600 policías y soldados han muerto en atentados desde entonces.
El PKK, clasificado como terrorista por Turquía, la Unión Europea y EE. UU., emprendió en 1984 una lucha armada contra el Estado en demanda de más autonomía para los más de 12 millones de kurdos que viven en el país.