Se trata de un espectáculo único y emocionante, gracias a la participación de numerosos ciudadanos que viven con pasión este evento conocido en todo el mundo.
Este año habrá algunas novedades en materia de escenografía y coreografía de los figurantes, con el objetivo de mejorar una representación que es tradicional en sus contenidos pero se mantiene siempre a la vanguardia en tecnología y tendencias de espectáculos en vivo, reseña Ansa. Los trajes de época -restaurados en cada edición y utilizados por 600 personajes- siguen siendo el verdadero patrimonio de la partida. En estos días se están probando el tablero y los cortejos, en tanto del 5 al 7 de septiembre será la prueba general de los trajes.
La historia del Ajedrez Viviente se remonta a 1454: en aquel entonces, Marostica formaba parte de la Serenísima República de Venecia. Quiso el destino que dos nobles, Rinaldo D'Angarano y Vieri da Vallonara, se enamoraran de Leonor, hija del señor local.
Ambos jóvenes debían enfrentarse en un duelo, pero el padre de Leonor se mostró en contra y lo prohibió, para salvarles la vida y no crearse enemigos. Por lo tanto, el duelo se convirtió en una partida de ajedrez: el ganador tendría como premio la mano de Leonor, y el perdedor se casaría con su hermana menor.
Y así fue, para gran ansiedad de Leonor, que estaba secretamente enamorada de uno de los jugadores. Ambos nobles, por su parte, debían enfrentarse en el campo de juego acompañados por un amplio séquito pero eran responsables de decidir las jugadas.
Finalmente, la suerte estuvo de su lado: su secreto amor fue el ganador de la partida, y para celebrarlo hubo fuegos artificiales e iluminaciones en el castillo.
Este acontecimiento es el que se celebra hoy en el Ajedrez Viviente, una impresionante evocación histórica de un hecho sin violencias ni batallas, que ocupa el centro de la atención en la plaza principal de Marostica.