"Fue un éxito la marcha del sábado, con un gran número de personas en una actitud propositiva por la salvaguarda de la familia natural y no se trató de una manifestación homofóbica", afirmó el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdelamar.
"Esto es un hecho absolutamente inédito, nunca antes visto", indicó el ex diputado Rodrigo Iván Cortés, del Partido Acción Nacional (PAN, derecha), vocero del movimiento en contra de las uniones entre personas del mismo sexo.
Los manifestantes "salieron a alzar su voz a favor del matrimonio y la familia. El mensaje es claro, es contundente: el sí a la familia y el rechazo a las iniciativas presentadas por el titular del Ejecutivo", expuso.
Alrededor de un millón de personas participaron en más de 100 protestas realizadas en el país.
En mayo pasado, el presidente Enrique Peña Nieto envió al Congreso una iniciativa para elevar a rango constitucional el llamado "matrimonio igualitario", que ha sido avalado por la Suprema Corte, pues hasta ahora sólo es vigente en 10 de los 32 estados del país.
La propuesta provocó un rechazo furioso de organizaciones conservadoras ligadas a la jerarquía católica, en un país reputado como el segundo con mayor número de creyentes de esta religión en el mundo.
A pesar de que normalmente las iniciativas provenientes del primer mandatario suelen ser discutidas y aprobadas de inmediato, debido a que el oficialismo cuenta con una cómoda mayoría en el poder legislativo, en esta ocasión el propio gobernante (del Partido Revolucionario Institucional, PRI, centro) decidió aplazar indefinidamente el proyecto.
Los analistas consideran que el PRI teme que el fuerte repudio a la iniciativa provoque derrotas importantes en las elecciones del próximo año en el estratégico Estado de México, bastión electoral del país, y en las presidenciales de 2018. El proyecto también incluye reformas al Código Civil para permitir la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, lo que ha indignado a los sectores conservadores que salieron a la calle, sobre todo, en ciudades como Guadalajara, al occidente del país.
La Arquidiócesis de México defendió el derecho de las personas a "criticar y oponerse a la iniciativa" presidencial, y dijo que la participación de varios obispos en las marchas del sábado no afectan la "laicicidad", pues se hicieron "fuera de culto" y los religiosos acudieron "en calidad de ciudadanos".
"Nos da mucho gusto que nuestros fieles laicos hayan salido a manifestarse, que lo hayan hecho con respeto y pacíficamente y por supuesto que en eso cuentan con todo el apoyo de la iglesia", sostuvo Valdelamar, portavoz del arzobispo primado de México, Ernesto Rivera.
En respuesta a las protestas en defensa de la "familia natural", el domingo cientos de activistas y miembros de la comunidad gay protestaron frente a la Catedral Metropolitana para exigir la destitución del cardenal Rivera.
Homosexuales, transexuales, lesbianas, travestis, mujeres, niños y ancianos se congregaron frente a la catedral para pedir a los feligreses "que sean tolerantes y promuevan el amor entre el prójimo como señala la palabra de Dios".
También demandaron al Frente Nacional por la Familia, la alianza de más de un millar de organizaciones que convocó a las protestas, para que "deje de intervenir en la política nacional". Inclusive, lanzaron una petición a través del portal "change.org" para que el Papa Francisco lo remueva por promover esas demostraciones contra los homosexuales.
"Lejos de denostarlo, lo van a poner muy bien en Roma", señaló al respecto su vocero, el sacerdote Hugo Valdelamar. En el estado de Querétaro, vecino a la capital, organizaciones defensoras de la diversidad sexual, anunciaron que presentarán denuncias por discriminación contra funcionarios del gobierno que participaron en la marcha a favor de la familia.(ANSA).