Precios calculados por un dólar paralelo desbocado, que a la hora de redactar esta columna, ya pasaba los quinientos bolívares por unidad, porque los llamados dólares cencoex a 6,30, sicad a 12,oo y simadi a 200,oo, solo se conocen cuando los ministros de economía y el presidente del Banco Central de Venezuela hacen referencias de ellos por televisión, o para que los enchufaos hagan grandes negocios.

Aunque la inflación y el alto costo de la vida en Venezuela comenzó a subir progresivamente desde que el comandante galáctico llegó al poder, este 2015 fue como un terremoto que quintuplicó los precios y se hicieron inaccesibles, especialmente para los desempleados y los que ganan salario mínimo, sin que eso signifique que la clase media y profesional no haya sido también golpeada por la crisis económica que vivimos la mayoría de los venezolanos. De la noche a la mañana nos hicieron mas pobres y nos ubicaron a un paso de la indigencia.

Lo contamos y la gente no lo cree. Algunos precios que variaron del 2014 al 2015 en materia de alimentación. Un kilo de queso blanco para rallar costaba 80 bolívares hoy cuesta quinientos. Un kilo de carne costaba 250 bolívares hoy cuesta 900 bolívares, y hay que hacer un tour por carnicerías para conseguirla, el tomate estaba en 60 bolívares hoy cuesta 300 bolos, un jojoto para la sopa costaba tres bolívares hoy cuesta 25, un cartón de huevos costaba 90 bolívares hoy cuesta seis marrones, una lata pequeña de atún costaba 30 bolívares hoy cuesta 190 bolívares, una lata de sardina pequeña, la preferida por los que menos ganan, costaba 12 bolívares hoy está en 120 bolívares, entre otros.

En materia educativa que hoy tiene a padres representantes corriendo sin saber que hacer. Un par de zapatos costaba 4000 bolívares que ya era caro para un trabajador que ganaba 3600 de salario mínimo, ahora cuesta por encima de diez mil bolívares, un morral de los que usan los muchachos para cargar los libros estaba en mil doscientos bolívares hoy cuesta ocho mil, una franela se compraba en 300 bolívares hoy en 2500, una libreta-cuaderno costaba 170 bolívares, hoy cuesta 1200 bolívares. Según los cálculos, un estudiante hay que equiparlo con 75 mil bolívares para empezar el año, lo cual significan 10 salarios mínimos.

Todos los alimentos, útiles escolares, repuestos para vehículos y apartamentos, entre otros, subieron de precios, pero por falta de espacio no los nombramos.

Sin que pretendamos ser economistas, la inflación es por falta de producción nacional, originado por el destrozo que hicieron de la industria local para fortalecer la importación a través de empresas de maletín. El excesivo gasto público que se paga con la impresión de billetes sin respaldo de divisas que son como las figuritas de los juegos de monopolios.

En ese orden se comenta que el gobierno presuntamente tiene una nómina de medio millón de personas militantes del PSUV que van los últimos de cada mes a los bancos del estado y con solo presentar la cedula de identidad por taquilla reciben el equivalente al salario mínimo.

Estos patriotas cooperantes, como los denominan, son utilizados y movidos como peones de ajedrez para que aplaudan como focas en los actos del gobierno nacional y algunas veces como brigadas de choques contra las manifestaciones de la Unidad Democrática.  

Por último, y por ahora. Quienes desde el gobierno le dicen a los humildes habitantes de los sectores populares que no se preocupen porque ellos pagan en dólares sino en bolívares, saben perfectamente que la economía venezolana está dolarizada y marcada por el paralelo que en julio de 2014 estaba en 70 bolívares por unidad y hoy está por encima de 500 bolívares, con tendencia a seguir subiendo para mal del país.

 Gerónimo Figueroa Figuera CNP: 569

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