Un total de 133 estaciones de servicios fueron incorporadas a la red de gasolineras que expenden el combustible a precios «internacionales»; es decir, 0,50 dólares por litro, como parte del plan de suministro aprobado por Pdvsa para «regularizar» el abastecimiento del combustible.
Es la tónica a la que se van acostumbrando en Venezuela, un país sumido en una grave crisis económica desde que Nicolás Maduro llegó al poder y del que, en los últimos, se han marchado más de 4 millones de personas en busca de una vida mejor.
El proceso hiperinflacionario que padece Venezuela, y que dejó casi inservibles los ingresos en la moneda local, el bolívar, ha comenzado ahora a devorar los dólares y euros que reciben muchas familias a través de remesas y pagos por trabajos en estas “monedas duras”, otro dato que confirma la severa crisis del país.