El argentino Mauro Icardi marcó dos goles con los que Inter remontó un partido que perdía con Roma en el Estadio Olímpico y terminó ganando por 3-1 gracias a su capitán y artillero.
El bosnio Edin Dzeko, "capocannoniere" del pasado campeonato, había puesto en ventaja a los 15' a los dueños de casa, que hicieron méritos suficientes como para ampliar la ventaja, pero fallaron y terminaron pagándolo caro.
Lo mismo podría decirse de Inter, que arrancó con todo y cerca estuvo de abrir el marcador por intermedio de Icardi, quien se "comió" sólo frente al arco un gol hecho a los 12', aunque después tendría revancha.
Dos minutos más tarde llegó la primera reacción de Roma, que arrimó peligro sobre la valla del esloveno Samir Handanovic con un remate del serbio Aleksandar Kolarov que sacudió el poste, idéntico destino para otro de Radja Nainggolan.
El mediocampista belga, que hoy anunció su renuncia a la selección nacional y luego relativizó sus dichos, quiso sacarse la bronca, pero no pudo festejar a los 39' lo que hubiese sido el segundo gol "giallorosso".
No hay dos sin tres, reza el dicho y Roma volvió a tener una ocasión clarísima para estirar su ventaja a los 65' a través del argentino Diego Perotti, cuyo disparo también se estrelló en el palo.
Otro "axioma" muy común en el fútbol asegura que los goles que se erran en un arco, se sufren en el otro. Icardi lo refrendó al decretar el 1-1 parcial a los 67' tras un error fatal del brasileño Juan Jesús.
Diez minutos más tarde, el capitán "nerazzurro" aprovechó un contragolpe iniciado por el croata Ivan Perisic, controló el balón en el área y de derecha sometió al arquero brasileño Allison por segunda vez en la noche.
Las caras de los fanáticos de la Roma hablaban por sí mismas y ni que hablar cuando le uruguayo Matías Vecino, tras otra gran habilitación de Perisic, decretó el 3-1 que sería el resultado definitivo.
Un baldazo de agua fría en el Estadio Olímpico que había recibido con silbidos de desaprobación a Luciano Spalletti, técnico que logró el subcampeonato con Roma en la pasada temporada y hoy llegó a ese escenario como DT de Inter.
Cuando la voz de estadio pronunció su nombre, una rechifla generalizada se escuchó estruendosa para reprobar a quien lograra el record de puntos histórico (87), tal vez porque no le perdonaron el "destrato" a Francesco Totti.
El eterno capitán, hoy devenido en dirigente del club en el que jugó durante 25 años, debe haber disfrutado su revancha tras advertir en la víspera: "Si vuelvo a ver a Spalletti, lo saludaré por respeto, pero abrazarlo me parece demasiado".
Spalletti, en cambio, presagiaba una "bienvenida" así al afirmar en la previa: "Pueden recibirme como más les guste", aún cuando aseguró que no tendría empacho en abrazar a Totti porque -afirmó- "no tengo cuentas pendientes con él".
De paso, el técnico de Inter recordaba que hoy sí cuenta con un nueve de área "de verdad", al apuntar a Icardi, quien terminó dándole la razón en cancha al igual a que Jorge Sampaoli, DT de la selección argentina que lo convocó para los próximos duelos.
Icardi, que vuelve a la "albiceleste" después de mucho tiempo, refrendó sus pergaminos en cancha y gracias también a los dos goles que convirtió en el triunfo frente a Fiorentina (3-0) en el estreno, manda en la tabla de artilleros del Calcio.
El otro goleador del campeonato también es argentino: Paulo Dybala, también convocado para los duelos eliminatorios frente a Uruguay (el jueves en Montevideo) y Venezuela (el 5 de septiembre) rumbo al Mundial de Rusia 2018.
Dybala había marcado uno en el debut con triunfo frente a Cagliari en Turín (3-0) y hoy se despachó con un triplete que le permitió a Juventus remontar un partido que perdía por dos goles en siete minutos como visitante de Genoa.
Sampaoli puede dormir tranquilo, pues también Lionel Messi marcó por partida doble hoy en el triunfo de Barcelona sobre Alavés en la Liga Española, pensando en el clásico con Uruguay, que no podrá contar con Luis Suárez, lesionado.
Hoy festejó Inter, que se aprovechó de la falta de puntería del equipo de Eusebio Di Francesco, llegado desde Sassuolo para reemplazar a un Spalletti que tuvo su propia revancha porque, como dice otro dicho popular, "el que ríe último, ríe mejor". (ANSA).
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