Excelentísimo Señor Presidente
En mi calidad de Alcalde Metropolitano de la Ciudad de Caracas, despojado arbitraria e injustamente de un cargo al que fuera elegido con el respaldo mayoritario de cientos de miles de mis conciudadanos, perseguido y encarcelado en una prisión militar luego sin otros motivos que mi devoción a la lucha por el desalojo de la dictadura y el restablecimiento del pleno Estado de Derecho en mi patria venezolana, a la que le he entregado una vida como diputado, gobernador y alcalde, viéndome en la actualidad y luego de escapar con riesgo de mi vida de las garras de mis carceleros, en la dolorosa obligación de vivir desterrado de mi amado país, me dirijo a Usted, Señor presidente, no sólo en mi condición política antes señalada, sino en mi condición de descendiente directo por vía paterna de un ciudadano italiano. Corre, pues, por mis venas, la sangre de un padre italiano y una madre venezolana, lo que me lleva a sentir con orgullo la pertenencia a ambas naciones.
No tendría ese hecho la importancia que detenta, si no fuera por los profundos lazos de convivencia y amistad existentes entre Italia y Venezuela. Grandes poetas, intelectuales, escritores, científicos, embajadores y políticos de origen italiano llenan las páginas de nuestra historia, al extremo de ser incalculable la profundidad y dimensión de esa presencia. No se explica la vida política y cultural, económica y social de la Venezuela contemporánea sin la benéfica presencia de Italia en Venezuela.
Una patria noble y generosa que les abrió sus puertas y recibió con regocijo y generosidad a decenas de miles de ciudadanos italianos que escapaban de los terribles efectos de las guerras, la cesantía, el desempleo, la miseria y el hambre. Encontraron en nuestra patria venezolana, como lo hicieran mis ancestros, la oportunidad de alcanzar una vida próspera y llena de satisfacciones espirituales y materiales. Italia está en el corazón de Venezuela. Como Venezuela debiera estarlo en el corazón de Italia, la eterna.
Le extiendo este largo preámbulo acuciado por la inmensa preocupación que me provoca, y nos provoca a los venezolanos, entre ellos a decenas de miles de italianos o descendientes de italianos, la consolidación del necesario respaldo de la Comunidad Europea de Naciones y en particular de nuestra madre patria italiana, a nuestros ínclitos esfuerzos por salir de la tiranía y escapar de las garras espantosas de esta crisis humanitaria que ha devastado material y espiritualmente al que fuera el país más rico, próspero y libertario de América Latina. Que no es hoy ni la sombra de la que fuera aquella que les dispensó cobijo, amparo y prosperidad a tantos italianos que huían de la dictadura, la miseria y la guerra.
Son todas estas las razones que me llevan a solicitarle, respetuosamente pero con la legitimidad y firmeza que me confieren mi cargo y mis herencias de sangre, nos brinde su respaldo y el del Estado y gobierno de Italia que Usted preside, para precipitar la salida de la tiranía y reconocer a la mayor brevedad posible, la plena legitimidad del gobierno de transición que preside interinamente nuestro diputado, presidente de la Asamblea Nacional y ahora proclamado presidente interino de nuestra República Juan Guaidó. Su gobierno ha sido reconocido por la totalidad de naciones democráticas de nuestro Hemisferio, desde Canadá y los Estados Unidos, hasta Argentina y Chile.
Nos angustia que, en medio de un respaldo tan unánime de las naciones democráticas del planeta, la Unión Europea titubee y no se acoja a su tradición democrática y libertaria reconociendo al gobierno transicional de Juan Guaidó. La numerosa e importante comunidad ítalo-venezolana le agradecerá su aporte en dicho sentido. Lo esperamos confiado en la justicia del hondo sentimiento democrático de la Nación italiana.
Suyo, con respeto
Antonio Ledezma.