Matteo Salvini, vicepremier y ministro de Interior de Italia
El objetivo declarado era arribar a Lampedusa, pero llegado a las proximidades de aguas italianas, el Alan Kurdi, la nave de la ONG alemana Sea Eye con 40 migrantes socorridos a bordo, recibió la visita de militares de la Guardia de Finanzas que entregaron al comandante el decreto que prohíbe el ingreso al mar nacional firmado por Matteo Salvini y sus colegas Elisabetta Trenta y Danilo Toninelli.
El ministro del Interior atacó a Alemania acusándola de "concusión" y amenazó: "sin ingresan en aguas italianas tomaremos posesión de la embarcación. Estamos jugando a la Casita Robada? Basta, tengo las pelotas infladas (estoy harto, NDR) Las naves serán requisadas y subiremos a bordo".
Y por la noche nuevo salvataje de una ONG: la española 'Open Arms' con a bordo 52 personas, entre ellas 16 mujeres y 2 niños.
"Ahora tenemos necesidad de un puerto seguro", piden también ellos.
En tanto, en Libia cerrados tres centros de detención para los migrantes: Tajoura, que sufrió un raid de las tropas de Khalifa Haftar que provocó 53 víctimas, Misurata y al Kohms.
Ya encaminados los procedimientos de expulsión de los detenidos que podrían intentar la travesía en el mar.
Y así, concluida la telenovela Gregoretti, se abren enseguida otras. El Alan Kurdi navegó toda la noche decidido a llegar a la isla pelágica.
"Estamos yendo -había dicho la jefa de la misión Barbara Held- a Lampedusa y espero que hallemos un puerto seguro que definitivamente no es Libia. Las personas socorridas nos explicaron que antes que retornar a Libia preferirían ahogarse en el mar. No dejaremos que esto suceda".
A bordo tres niños, dos mujeres, de ellas una embarazada y dos sobrevivientes del ataque al centro de Tajoura. Uno de los niños, de 3 años, informó a Held de una herida de 10 centímetros en la espalda causada por un arma de fuego. Muchos narraron "terribles experiencias" vividas en Libia.
El ministro del Interior dispara en dirección a Berlín.
"Existe -revela- una novedad sórdida y asquerosa: está en curso el enésimo acto de provocación en el Mediterráneo. Estoy recogiendo elementos y demostraremos al mundo que no tenemos lecciones que aprender: se comportan, en verdad, en una manera mezquina los perfectos que pretenden dar lecciones al mundo".
La referencia es a Alemania, uno de los países que dieron un paso al frente para recibir parte de los 115 migrantes desembarcados ayer en Augusta de la nave Gregoretti de la Guardia Costera.
"Me han enviado un e-mail -informó Salvini- que proviene de la Comisión Europea en el que existe un chantaje por parte del gobierno alemán que se comprometió a acoger a 30 migrantes de la Gregoretti: dicen que los reciben si dejamos desembarcar a los 40 del Alan Kurdi".
Nada que hacer, es la respuesta. "Gobierno alemán avisado medio salvado, ONG avisada media salvada: si ingresan en aguas italianas tomaremos posesión de la embarcación. No aceptamos órdenes ni invasiones. En el Mediterráneo hay cinco naves ONG en en este momento que desean ingresar a Italia. Sin entran en aguas territoriales italianas, las secuestraremos una por una.
Veamos quién se cansa primero", advirtió furioso Salvini.
La nave 'Sea Eye' por toda la tarde permanece a 20 millas al sudeste de Lampedusa. En espera de una solución es probable que en las próximas horas puedan desembarcar las mujeres embarazadas y los niños. Para los demás hay la misma lista de espera de los países europeos disponibles a hacerse cargo de una cuota de los náufragos.
Y hoy además la nave Proactiva Open Arms rescató migrantes de un gomón a la deriva entre Libia y Lampedusa. Ahora piden un puerto de desembarco. Es de imaginar que un nuevo decreto de prohibición de ingreso a aguas italianas estará listo y firmado en el Viminale. (ANSA).
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Matteo Salvini, vicepremier y ministro de Interior de Italia
