La figura de Tommaso Buscetta, un mafioso vanidoso, histriónico y cosmopolita que saltó a la fama tras haberse convertido en el primer arrepentido de la Cosa Nostra, se reconstruye en "Il traditore" (El Traidor), la nueva película del italiano Marco Bellocchio.
El filme, que se exhibe en la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, deja de lado la extensa carrera criminal de Don Masino y toma solo 20 años de su vida, que inician en los '80 cuando decidió colaborar con la justicia italiana. Las declaraciones del "pentito", bajo el programa de protección de testigos, permitieron encarcelar a 366 miembros de la mafia siciliana y hasta develaron los vínculos de políticos prominentes, como el siete veces primer ministro de Italia Giulio Andreotti, con la organización criminal. Bellocchio se centra en el extenso juicio que colocó a Buscetta frente a sus antiguos socios y luego acusados, escenas de gran realismo, que destacan el auténtico histrionismo siciliano a la hora de jurar "vendetta" con gestos intimidantes y obscenos. El filme, que representará a Italia en los Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera, está a la espera de que se resuelvan las tratativas con la distribuidora para su estreno en Argentina. Inicia en 1980 con una fiesta de aparente pacificación entre todas las familias rivales de Palermo (capital de Sicilia) en la que, entre champán y música estridente, se respira la tensión y la fragilidad de ese pacto: poco después, las calles de la isla quedarán regadas de sangre. Buscetta (interpretado magistralmente por Pierfrancesco Fiavino) tenía varios rivales, entre los que se destacaba Totó Riina, líder de los "corleonesi". La guerra total se desató cuando estando en Río de Janeiro, refugiado de la justicia, el también conocido como Don Masino supo que dos de sus hijos habían sido asesinados. Por eso, cuando fue extraditado de Brasil, se entrevistó con el famoso juez Giovanni Falcone (Fausto Russo Alesi) y decidió colaborar con la justicia. Bellocchio, veterano realizador de dramas políticos - en "Buongiorno, Notte" (2003) recreaba el secuestro y asesinato del político italiano Aldo Moro por parte de las Brigadas Rojas- reconstruye al detalle aquel exhaustivo proceso judicial en que el Buscetta expuso su idea de una "mafia ética", que se había visto socavada por la toma de poder de los corleonesi. Sin ensalzar al personaje, Bellocchio también bucea en el costado de héroe romántico de Buscetta y en todas las complejidades de un personaje cuya vida estuvo signada por el crimen y la violencia, infligida y sufrida, antes y después de haber tomado la decisión de colaborar con la justicia. Para Buscetta, haber roto el código de la "omerta" fue un acto de justicia, una cuestión de honor y también de venganza. Había vivido en Brasil (su tercera esposa era brasileña) y luego había sido trasladado a Estados Unidos como testigo protegido. Pero decidió volver a Italia tras el asesinato del juez Falcone, con quien había desarrollado un vínculo estrecho, para denunciar las conexiones políticas con la mafia que, según él, había dejado hace rato de pensar en la "familia" para anteponer sus egoísmos. Fue un gran riesgo para él: a su regreso a Estados Unidos recibió varios mensajes mafiosos que lo mantuvieron alerta y armado hasta el fin de sus días. Pero Buscetta murió, en 2000, en su cama. Como siempre había soñado. (ANSA).