Esta amplia zona del centro de Italia, se extiende desde las laderas de los Apeninos hasta el mar Adriático. El paisaje es más bien variado, pero está constituido principalmente por montañas y, en concreto, por colinas.
Pesaro y su mar
El territorio de Pésaro es un destino ideal para los amantes del turismo. Su estructura geológica hace que esta provincia sea única y fascinante. Bañada por el mar Adriático, lo que fomenta las visitas del turismo playero, la ciudad de Pésaro está rodeada de norte a sur por dos colinas importantes que garantizan un clima suave durante todo el año; al norte San Bartolo, que también es parque natural; y al sur, Ardizio, la colina que la separa de Fano.
La estancia en estos territorios descubre la relación entre la ciudad y el mar, entre paisaje rural y paisaje urbano, entre paisaje costero y paisaje montañoso. En resumen, paisajes por descubrir y para admirar por su inusual belleza.
Amplios y variados son los posibles itinerarios para descubrir las maravillas de esta tierra. En la misma capital es interesante hacer una visita al Museo de la Cerámica, el más importante de Italia, donde se exponen ejemplares de las fábricas más célebres del Renacimiento.
En Pésaro, de hecho, entre los siglos XIV y XVII floreció una industria de mayólicas de excepcional importancia, con un estilo en la decoración influído por Rafael en el siglo XVI.
En Pésaro merece la pena visitar toda la ciudad, desde de las calles del centro y la Plaza del Popolo, donde surge el Palacio Ducal, hasta llegar a los Museos Cívicos, que comprenden el Museo de la Cerámica y la Pinacoteca, con obras de Giovanni Bellini, Vitale da Bologna y Guido Reni. En el lado opuesto de los museos cívicos, se encuentra el Museo arqueológico Oliveriano en cuyas salas del siglo XVII del Palazzo Americi se conservan obras antiguas que merecen ser descubiertas.
Construida por Luciano Laurana en 1474-87 para Costanzo Sforza, la Rocca Costanza es un ejemplo de arquitectura del siglo XV, con sus torres cilíndricas. Famosa por ser la ciudad natal del célebre compositor Gioacchino Rossini, en Pésaro se puede visitar su casa-museo. El conservatorio y el teatro se han dedicado al compositor, donde cada año se celebra el "Rossini Opera Festival, que atrae a los amantes de la ópera de todo el mundo.
Son varias las rutas que se pueden señalar en la provincia: la visita a Fiorenzuola di Focara, pintoresco núcleo medieval encaramado en una colina con vistas al mar, y Casteldimezzo, construido en un precipicio sobre el mar, que conserva murallas de 1200/1300.
A continuación, se puede desplazar a Gradara, encantadora ciudad medieval que conserva la muralla compuesta por torreones y almenas y la Rocca de planta cuadrada que crea un rincón medieval muy bien conservado. También Fano es una ciudad rica en historia, con el antiguo Arco de Augusto y el Palacio de Malatesta, sede del Museo Cívico y de la Pinacoteca con ejemplares que van desde el neolítico hasta el umbral del tercer milenio.
Dirigiéndose hacia Urbino, es visita obligada uno de los parajes más bellos de la zona: la ermita de Fonte Avellana, con la iglesia de estilo románico-gótico. Dante habla de ella en el canto XXI del Paraíso. Una vez en Urbino, uno se encuentra frente a una gran ciudad, rodeada por murallas construidas en el siglo XVI por los Montefeltro. El Palacio Ducal, con la fachada dirigida hacia la ciudad, es una muestra de una arquitectura nueva, más humanista, donde predomina el rigor geométrico de las proporciones. Desde la gran escalinata de Honor decorada por Ambrogio Barocci se accede al primer piso del edificio, donde se encuentra la Galería Nacional de las Marcas, un museo con obras de gran valor. En las estancias del duque Federico, hay dos obras maestras de Piero della Francesca, "La Flagelación" y la "Virgen de Senigallia", mientras que en las de la duquesa están "La Muda" de Rafael, la "Bendición de Cristo" atribuido a Bramantino, "La Última Cena" y la "Resurrección" de Tiziano, sólo por citar algunas de ellas. Por su parte la Catedral fue reconstruida después del terremoto de 1789 en estilo neoclásico, anexa al Museo Diocesano. Desde allí se sube por Vía Raffaello y se llega a la casa natal de Rafael Sanzio que aún conserva incisiones y reproducciones de sus obras maestras.
Debido a sus carcaterísticas, representación máxima del arte y de la arquitectura del Renacimiento bien adaptados a su pasado medieval, la UNESCO ha declarado Urbino ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Desde Urbino se puede llegar a la abadía de Lamoli pasando por los centros de Urbania, con su Palacio Ducal, Sant'Angelo in Vado y Mercatello sul Metàuro.
La provincia de Pésaro ofrece en toda su extensión magníficos lugares, ideales para los amantes del mar. Preciosas las calas apartadas a los pies de San Bartalo y Ardizio, donde las familias pueden llevar una vida más relajada y descansar lejos del ruido y del turismo de masa, pero sin tener que renunciar al ocio y a la diversión.
De hecho, toda la zona marítima en verano está animada por orquestas, mercadillos, y ferias gastronómicas. Las playas de Marotta son las más concurridas. Entre Pésaro y Fano, donde la playa es más amplia, el arrecife crea un verdadero oasis de mar para los niños. Hacia el norte, limitando con Emilia-Romaña se encuentra Gabicce Mare, una de las localidades costerasmás famosas del Adriático central. Los servicios son excelentes en todo el territorio, las cadenas de hoteles han sabido renovar y mejorar la calidad a lo largo de los años.
La costa es ideal para los amantes de los deportes acuáticos, de hecho, en casi todas partes se puede practicar vela y windsurf y no faltan alternativas para quienes prefieren disfrutar del mar partiendo del verde del campo.
Entre los acontecimientos históricos que no se pueden perder destacan las hazañas de la familia Della Rovere que se recuerdan en el municipio Mondavio con el Palio del jabalí, en el que se desafían los representantes de los tres barrios.
De origen antiquísimo es el Carnaval de Fano, donde desfilan carrozas alegóricas, entre música, luces y colores, desde las que se reparten caramelos y chocolatinas. El elemento más simbólico es el "vulon", una máscara que representa a los personajes más destacados de la ciudad.
En Gradara tiene lugar un juego entre caballeros y damas, con espectáculos y animaciones medievales, mientras que en Cagli se puede asistir al Palio de la Oca, una gran fiesta con trajes del Renacimiento.
La rica historia de este territorio ha influído incluso la cocina, que estáformada por sabores antiguos y viejas tradiciones que han permanecido inalteradas en el tiempo para hacer cada plato más particular.
No se puede abandonar Pésaro, sin haber probado el Tournedos a la Rossini, filete a la brasa con jamón, setas, perejil, limón y una pizca de pimienta.
Los platos de mar, como por ejemplo el brodetto, sopa típica de la zona de Pésaro, se alternan con carnes blancas, quesos y embutidos.
Hay que probar los platos elaborados con trufas, negras o blancas, que dominan en las recetas del interior como en Sant'Angelo in Vado, y que, junto con las setas, son los protagonistas de uno de los platos locales más típicos como los vincisgrassi, una especie regional de lasaña.
Reina indiscutible de la mesa de Urbino y Pésaro es la Casciotta d'Urbino, un queso típico con denominación de origen protegida.
Entre los embutidos destaca el jamón de Carpegna, que se puede acompañar con pan de Chiaserna o con la torta al testo (una piadina más gruesa). (Italia.it)