El reconocido actor español Antonio Banderas, quien hoy cumple 60 años, anunció que tiene coronavirus y, por lo tanto, celebrará respetando la cuarentena.
Banderas explicó en su cuenta de Twitter que se encuentra "relativamente bien, solo un poco más cansado de lo habitual", y "confiado" en recuperarse "lo antes posible siguiendo las indicaciones médicas", que espera que le permitan "superar el proceso infeccioso" que sufre y que a "tantas personas está afectando alrededor del planeta".
Se encuentra en Málaga, su ciudad natal, donde nació en 1960, cuando caían las estrellas en la noche de San Lorenzo, producto del matrimonio de un policía y una docente.
Málaga no solo es su cuna sino también su refugio. De allí partió a los 19 años, con su diploma de la escuela de arte dramático en el bolsillo y la desilusión por una truncada carrera de futbolista en el club local, a causa de una fractura en un pie.
Comenzó a intentar suerte en los escenarios de Madrid mientras se ganaba la vida con distintos trabajos, entre otros, modelo y camarero. Y la fortuna llegó de la mano de un hermano mayor por elección, Pedro Almodóvar, quien ya había mostrado su talento con su ópera prima, "Pepi, Luci, Bon y las chicas del montón" (1980).
Entre ambos la coincidencia artística fue inmediata y en 1982 rodaron "Laberinto de pasiones". Banderas tuvo un pequeño rol, el de un terrorista que mantiene una fugaz historia de amor con Riza Niro, un príncipe de Medio Oriente en el exilio, inspirado en el Sha de Persia.
Fue un destino singular para el actor que devino en un sex symbol, amado por las mujeres de todo el mundo.
"Es gracioso -dijo- pero en mis más de cien películas actué más de homosexual que de 'latin lover'. Y ciertamente no lo soy en la vida cotidiana. Me han hecho una fama de seductor que ya acepto sin vergüenza, pero la encuentro surrealista". A pesar de haber actuado en tantos films, a veces elegidos sin criterio en la ruta Madrid-Hollywood, Banderas lleva al teatro siempre en el corazón. De hecho, no lo dudó cuando le propusieron regresar como maestro y productor.
Hace algunos años creó su propia escuela, el Teatro del Soho Caixa Bank de Málaga, donde estudian 600 jóvenes de toda España y donde hace un año montó su versión de "A Chorus Line".
Las colaboraciones con Almodóvar son, por ahora, siete (más un cameo) pero, sin duda, marcaron su carrera. Si bien se destacó en "Matador" (1986) y "La ley del deseo" (1987) la fama internacional llegó con "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (1988).
Y después de "¡Átame!" (1990), dejó Europa y se mudó a Estados Unidos gracias a la imagen que le otorgó aquel personaje: una mezcla de testosterona, gentileza, fuerza irónica e histrionismo controlado.
En 2011 volvió a trabajar con Almodóvar en "La piel que habito" y ocho años más tarde conquistó la primera Palma de Oro en el Festival de Cannes con "Dolor y Gloria" y luego su nominación a un Oscar.
Entre tanto, Banderas se había transformado en una promesa y luego en un "valor seguro" del cine de entretenimiento de Hollywood.
Trabajó con grandes directores, como Jonathan Demme (en "Philadelphia"; Neil Jordan ("Entrevista con el vampiro"); Alan Parker ("Evita"); Brian De Palma ("Femme fatale") y forjó una estrecha amistad con Robert Rodríguez, desde "Desperado" a "Spy Kids".
El actor malagueño trabajó en todos los géneros (incluso tiene nostalgia por haber hecho más filmes de acción que comedias), pero con "La máscara del Zorro" (1998), de Martin Campbell, devino en una verdadera estrella.
A pesar de una fallida secuela, aquella película es ya su "marca de fábrica" y los duetos con Catherine Zeta Jones por una parte y con Anthony Hopkins por otra ya son legendarios.
Bello y mediterráneo, irónico y atlético, romántico y frágil, seductor y caballero, Banderas dominó la escena estadounidense de inicios del siglo XXI. Lo ayudó, incluso, su inquebrantable historia de amor con la actris Melanie Griffith, la paternidad de la bella Stella (comparte la escena con ella y su entonces esposa en "Locos en Alabama", 1999) y el afecto que siempre le demostró su hijastra, Dakota Johnson. La leyenda se rompió en 2015 cuando Banderas cambió de pareja por tercera vez ( en España, cuando era muy joven, se había casado con la actriz Ana Leza), uniéndose a la holandesa Nicole Kimpel, con quien hoy comparte su vida.
Vital y curioso, Banderas siempre escapó de los modelos impuestos. Por ello, hasta aceptó gustoso convertirse en la caricatura de sí mismo, primero como Gato con Botas, en "Shrek (lo dobló en inglés, españól e italiano) y luego con la serie comercial "Mulino Bianco".
Su espíritu inquieto siempre le ha hecho dar lo mejor de sí en el set, incluso en películas no siempre perfectas (como el noir apocalíptico "Autómata", de Gabe Ibáñez, pero también en el valiente "Panamá Papers", de Soderbergh).
Está por estrenarse un film en el que parece ratificar, al menos en Hollywood, su elección por el cine de espectáculo puro, sin gran inventiva, en espera de las ofertas de calidad que, una vez más, llegarán desde Europa: "The new mutants", de Marvel.
Mejor apostar a "Competencia Oficial", de los directores argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, que protagonizará junto a su amiga Penélope Cruz.
Ambos esperan poder confirmar su participación y brillar juntos en una comedia plena de adrenalina, ambientada en el ámbito del cine. Para Banderas se trata, nada menos, de jugar de local (ANSA).