El presidente chileno, Gabriel Boric, abogó por una “migración segura, regular, ordenada y humana” y destacó la importancia de conversar con los países vecinos.
A pesar de las diferencias, el canciller chileno, Alberto Van Klaveren, hizo balance de unos diálogos “muy constructivos” que se dieron “en un ambiente de respeto mutuo”. Van Klaveren ve margen para avanzar hacia “espacios de cooperación” frente a un problema “muy complejo” como es el de las migraciones, con “ramificaciones de carácter humanitario”.
El jefe de la diplomacia chilena destacó la buena voluntad de su par de Venezuela, Yván Gil, cuyo Gobierno está abierto a establecer canales de diálogo en busca de un “acercamiento”. También en el caso de Bolivia ha percibido “muy buena disposición”, por lo que en teoría la cumbre habría servido para aliviar tensiones.
En general, se ha mostrado optimismo respecto a la mejora en la coordinación migratoria entre Chile y sus vecinos y habría un consenso para avanzar “en términos prácticos”, apuntó.