Una "decisión privada" que fue transformada en un arma política, entre insinuaciones sobre vuelos de Estado y encuentros secretos nunca ocurridos.
"Todo es falso".
Así contraatacó la premier italiana, Giorgia Meloni, al final de un día en el que una interpelación parlamentaria del senador de Italia Viva (IV), Enrico Borghi, planteó dudas sobre su viaje a Nueva York en un avión estatal.
Meloni respondió en menos de una hora desde Palazzo Chigi, aclarando que se trató de un viaje "en calidad privada", un "regalo de cumpleaños" para su hija Ginevra, quien cumplirá 9 años la próxima semana, y que voló a bordo de "vuelos de línea".
La primera ministra fue vista en el aeropuerto de Fiumicino por la mañana, lo que desató rumores sobre un viaje al extranjero.
El senador Borghi, en el comunicado que anunció la interpelación, expresó su "asombro" por la falta de participación de Meloni en "varios eventos de suma importancia para nuestro país, como el Foro de Cernobbio, el Gran Premio de Fórmula 1 en Monza o la cámara ardiente del señor Giorgio Armani".
Además, le pidió que "aclarara si había participado o no en eventos institucionales no públicos, en Italia o en el extranjero, como sugirieron algunas fuentes periodísticas, en Nueva York, con un vuelo estatal o en Puglia".
Los comentarios de Trump también influyeron en el misterio.
Tras asistir al partido entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en Nueva York, mencionó la inminente visita de algunos líderes europeos a Estados Unidos para abordar la crisis ucraniana.
También surgieron rumores sobre un vuelo a bordo del avión estatal en el que viajaba la ministra de Turismo, Daniela Santanché, quien representaba al gobierno en la final del Abierto de Estados Unidos.
Todo fue desmentido: primero por Palazzo Chigi, que afirmó que "al menos una vez al año, la premier tiene el derecho de desempeñar su papel más natural, el de madre", y que "nunca utilizó vuelos de Estado por razones privadas", anunciando acciones legales "contra quienes hayan difundido o insunuado noticias infundadas".
Luego, Meloni misma llegó a la sede del Gobierno alrededor de las 15 horas, tratando "con un mix de amargura e indignación" lo que considera "la enésima polémica fabricada robre la nada".
"Durante dos días", escribió en un post en redes sociales, acompañado de una foto con Ginevra, "elegí hacer lo que considero mi papel más hermoso y natural: ser madre.
Le regalé a mi hija un fin de semana en el extranjero por su cumpleaños, viajando en vuelos de línea, como cualquier otra persona y como es normal".
La presidenta del Consejo defiende "con orgullo el derecho a dedicar tiempo a mi hija -en las ocasiones posibles respecto a mi rol-, sin que esto se convierta en un nuevo pretexto para ataques mezquinos y especulaciones políticas".
Respecto a las "mentiras que enfrento cada día con determinación", explica, "esta la combato también como mujer y madre. Y si algunos de mis oponentes políticos se ven reducidos a atacarme, incluso por un fin de semana con mi hija, significa que realmente han tocado fondo".
Como estaba previsto hasta hace un par de semanas, Meloni debería haber estado en Japón este fin de semana, última etapa de una misión en el Indo-Pacífico, que fue cancelada el 23 de agosto para poder seguir los desarrollos relacionados con el proceso de paz en Ucrania. Una misión oficial en Nueva York está programada para dentro de dos semanas, para la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En tanto, este bombardeo privado generó controversia, que el partido de la premier, Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia - FdI) calificó como "otro error del senador Enrico Borghi e Italia Viva".
Para Galeazzo Bignami, líder del FDI en la Cámara de Diputados, la interpelación parlamentaria "es realmente patética, si no morbosa. En el gobierno hay como primera ministra a un representante de Hermanos de Italia y no a uno de Italia Viva acostumbrado a utilizar las estructuras del Estado para su propio beneficio personal". Ansa

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