Su papá llegó a Venezuela y vio “luz”: un país que abrazaba, ofrecía oportunidades y celebraba la vida. De ahí nace su gratitud activa: Tiziana preserva la empresa familiar, impulsa la gremialidad y crea espacios para que otros también puedan crecer. “No hablo de aportar, hablo de retribuir”.

En su memoria, las tavolate que armaba la tía Cosetta —extraordinaria cocinera que tuvo en Caracas Il Tartufo— y esa tradición que su madre le pidió mantener: la pizza de Civitavecchia en Pascua, dulce-salada, cortada y compartida con salchichón; un ritual que hoy honra como puente entre generaciones.

También aprendió que los afectos cambian de calendario según la geografía: aquella Navidad italiana en silencio y vigilia, tan distinta de la venezolana de música y fuegos, le reveló que se puede pertenecer a dos orillas a la vez. Bilingüe por crianza y espíritu, Tiziana defiende lo que la trajo hasta aquí: trabajo, unión, libertad para elegir y amor por Venezuela. Retribuir es su forma de esperanza. 

Este es el 6to testimonio de la serie «Herencia Italiana, una mirada a través de ellas", una iniciativa de la Embajada de Italia en Venezuela», el Instituto Italiano de Cultura, en colaboración con Impact Hub Caracas. Un homenaje a las mujeres ítalo-venezolanas que, con su voz y su ejemplo, mantienen vivo los valores que nos inspiran. 

Agradecemos a Doctor Construcción C.A., Euroamericana de Vinos CA, Astoria Vini Venezuela, Scuola S. Bolívar y G. Garibaldi y al resto de patrocinadores por su valioso apoyo.

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