"Este es un gran honor para mí. Un día magnífico y hermoso.Un nuevo comienzo", escribió Donald Trump en el libro de visitas que firmó en la Knéset, el parlamento israelí.

"Israel ha ganado todo lo que se puede lograr por la fuerza de las armas. Ahora es el momento de convertir estas victorias contra los terroristas en el campo de batalla en el premio final: paz y prosperidad para todo Oriente Medio", sostuvo.

"Nos reunimos en un día de profunda alegría, creciente esperanza, renovada fe y, sobre todo, un día para expresar nuestro más profundo agradecimiento al Dios Todopoderoso de Abraham, Isaac y Jacob. Tras tantos años de guerras incesantes y peligros infinitos, hoy el cielo está despejado, las armas están en silencio, las sirenas ya no suenan y el sol sale sobre una Tierra Santa finalmente en paz. Es el amanecer histórico de un nuevo Oriente Medio", subrayó en el recinto.

El presidente de Estados Unidos fue recibido con un prolongado aplauso al entrar en la sala de la Knéset.

"Juntos, hemos demostrado que la paz no es solo una esperanza que podemos soñar, sino una realidad que podemos construir, día a día, persona a persona, nación a nación", añadió el presidente de Estados Unidos.

"Israel ha ganado todo lo que se podía lograr por la fuerza de las armas. Ahora es el momento de convertir estas victorias contra los terroristas en el campo de batalla en el premio final: paz y prosperidad para todo Oriente Medio", enfatizó luego ante los legisladores israelíes. Y añadió: "Juntos, hemos demostrado que la paz no es solo una esperanza con la que podemos soñar, sino una realidad que podemos construir, día a día, persona a persona, nación a nación".

"La crueldad del 7 de octubre golpeó el corazón mismo de la humanidad. Estados Unidos de América lloró con ustedes y lamentamos a sus ciudadanos que fueron brutalmente asesinados. A todas las familias cuyas vidas cambiaron para siempre por las atrocidades de ese día, y a todo el pueblo de Israel, sepan que Estados Unidos se une a ustedes en estos dos votos eternos: Nunca, nunca olvidar", fue otro tramo del discurso de Trump, difundido en detalle por la Casa Blanca en Washington.

"En Gaza, la atención debe centrarse exclusivamente en restaurar las bases de la estabilidad, la seguridad, la dignidad y el desarrollo económico, para que finalmente puedan tener la vida mejor que sus hijos merecen", apuntó Trump.

"La historia de la férrea determinación y triunfo de Israel desde el 7 de octubre debería ser una prueba para el mundo entero de que quienes buscan destruir esta nación están condenados a un amargo fracaso. El Estado de Israel es fuerte y vivirá y prosperará para siempre", declaró Trump.

"Para Benjamin Netanyahu no es fácil, pero eso es lo que lo hace grande", recalcó y sostuvo que "Gaza se convertirá en una región con un futuro brillante por delante; será reconstruida".

"Ahora nos centraremos en Rusia; resolveremos esta situación", prosiguió en su discurso ante la Knéset, y elogió extensamente a su enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff. "Sabe, tiene esa capacidad de atraer durante mucho tiempo... Una vez logró hablar durante cinco horas con Vladimir Putin. Excepcional", apuntó.

También se vivieron momentos de caos y gritos en la Knéset durante el discurso del presidente Trump: los legisladores Ayman Odeh y Ofer Kassif fueron expulsados ;;tras ondear un cartel que decía "genocidio".

En contraste, el presidente de la Knéset, Amir Ohana, calificó al presidente estadounidense de "coloso que será consagrado en el panteón de la historia", y declaró que el pueblo judío lo recordará "dentro de miles de años".

"Señor presidente, usted se presenta ante el pueblo de Israel como un gigante de la historia judía, alguien para quien debemos remontarnos dos milenios y medio en la noche de los tiempos para encontrar un paralelo, en Ciro el Grande", dijo Ohana, refiriéndose al rey persa que permitió a los judíos regresar del exilio en Babilonia y reconstruir su Templo en Jerusalén. Ansa