Los pueblos indígenas continúan sin el reconocimiento constitucional en Chile
Santiago de Chile, (Chile) - Mujeres de los nueve pueblos originarios reconocidos por el Estado chileno exhiben sus productos y enseñanzas en la 5ta Feria Mujeres Emprendedoras Indígenas, con ocasión del Día Internacional de la Mujer Indígena.
Provenientes de todas las regiones del país, la muestra "es una instancia muy importante para que las mujeres indígenas de todo el país puedan mostrar sus productos, su arte, su cosmovisión y sus culturas", señaló el director nacional de la Corporación Nacional Indígena (Conadi), Alberto Pizarro Chañilao.
En la Feria, que cierra hoy en el anfiteatro del Parque Bustamante de Santiago, se exhiben artesanías en cuero, greda y fieltro, orfebrería y joyería en plata, libros con relatos indígenas, instrumentos musicales, plantas medicinales, gastronomía típica.
También se ofrecen talleres de salud y medicina mapuche, gastronomía tradicional, danza y telar, como también muestras culturales de los pueblos aymara, atacameño, colla, diaguita, quechua, mapuche, rapa nui, yagán y kawésqar.
Laura Echeverría, directora Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (organizadora del evento junto a la Conadi), señaló que "con esta feria buscamos promover la autonomía económica de las mujeres indígenas, visibilizar sus productos y fomentar mecanismos de comercialización, así como también la asociatividad entre las participantes".
Consideró además que "es un espacio que nos brinda la oportunidad de enriquecernos como sociedad, porque podemos apreciar las diversas visiones, experiencias de vida y conocimientos de los distintos pueblos originarios, los que se expresan en sus tradiciones culturales y artísticas".
Elena Tancara Choque (aymara) expone productos dulces y salados en base a cereales y hierbas. Queque de coca, de quinoa, galletas de trigo morado.
En diálogo con ANSA, valoró el poder "visibilizarnos y decir soy aymara, aquí estamos y esto es lo que somos" en alusión al bajo perfil que tiene este pueblo del norte chileno.
De los productos del altiplano destacó la quinoa, "con más de cinco mil años, mucho antes de que llegara el español; la sagrada hoja de coca, que tiene muchas funciones medicinales, alimenticia, ceremonial; papa de chuño; los auquénidos, como se conoce a la carne de llama y alpaca, el huemul, aunque éste no tanto porque es muy dura".
De la mujer aymara, resaltó "la paciencia" y dijo que no es habitual verla reclamando. Contó que "mi mamá, si mi papá no le pasaba del sueldo, ella no decía nada y siempre tenía como arreglárselas. Somos muy económicas, siempre guardamos, creo que ninguna mujer aymara está en Dicom" (Boletín de morosos).
Desde Isla de Pascua, Florencia Araki ofrece empanadas y ceviches de atún, sopaipillas de zapallo, jugos naturales.
Define a la mujer rapa nui como "bonita, encantadora, cariñosa para los maridos, hablamos y defendemos, lo que se puede contestar se contesta y solucionadora de problemas, nada de esperar hasta mañana".
Relató a ANSA que aquí en Chile (como denominan a la parte continental), "te dicen 'mañana, no puedo, los hijos, mi marido'. Pero los hijos tienen su hora, los maridos también, porque si esperai más tarde se te muere la persona".
Aseguró que después de esta Feria va a parar. Trabaja desde los tres años, "la vida de pobreza no te va a dejar sentado, te pegaban, nos enseñaban a hacer esto y lo otro, nos mandaban a buscar agua, me quedaba dormida hasta en los pastos".
Eliana Queupumil, mapuche, expone multrún a la mantequilla, café de trigo, muday (jugo de trigo o quinoa), sopaipillas de papa nativa, sopaipillas con harina de piñón, churrascas, empanadas de lafkenche, tortillas de rascoldo de rucamalén.
Radicada en Santiago, donde han migrado muchas mujeres desde la Araucanía, en el sur del país, relevó la importancia femenina.
"Somos tremendamente luchadoras, abnegadas, sacrificadas, trabajadoras con ñeque y muy desafiantes, capaz de enfrentar cualquier desafío que la vida nos presente".
Añadió que la principal lucha es conservar la cultura, que ella transmite primero al interior de la familia, "esa fe tan grande que hay en la mujer indígena que es tremendamente espiritual, capaz de dar una nueva vida, sembrar y cosechar con todo el nehuén (fuerza)". (ANSA).