Entre antiguas ruinas y arquitecturas barrocas, playas cristalinas e islas maravillosas, aguas límpidas y fondos exuberantes, se extiende la provincia de Agrigento, unas de las más bonitas de Sicilia. El lugar ideal donde combinar el arte, la cocina y la historia, con un absoluto relax bajo el sol.
El condado de Módica es un título nobiliario español creado por el rey Martín I de Sicilia a favor de Bernardo de Cabrera. Su nombre se refiere al municipio siciliano de Módica. El título pasó a la casa de Híjar en la persona de Juan Fernández de Híjar y Cabrera, hijo de Juan Fernández de Híjar, VI señor de la baronía de Híjar y I señor de Lécera y de su segunda esposa Timbor de Cabrera, hija del I conde de Módica.
Modica
Es una tierra cincelada por el hombre.
Campos en los que el duro trabajo de los campesinos, desde siempre, han recolectado los frutos que regalan los sabores únicos de la gastronomía ragusana.
Un paisaje diseñado por las largas murallas construidas por la gente del lugar, que se alterna con el marrón de los campos recién arados y el verde brillante de los cultivos nacientes.
Un paisaje que se extiende entre las alturas y los valles de los Iblei, dueños incontrastables del interior ragusano, caracterizado por profundos cañones erosionados por las aguas de los arroyos.
Formas que se suavizan en el horizonte mientras descienden hacia la espléndida costa, con Scoglitti y Pozzalo que delimitan los confines.
Una equilibrada alternancia entre altos arrecifes y largas costas de arena muy fina. Los colores son indescriptibles: parece que los rayos del sol se diviertan en definir las tonalidades, exaltando el azul del mar y reflejando los matices dorados de las playas.
Ibla - La Catedral de San Jorge
Pueblos pintorescos y graciosas localidades ofrecen la mejor acogida para unas vacaciones con sabor a mar.
Ragusa es una perfecta anfitriona que te acoge y te hace sentir muy cómodo, ofreciéndote las delicias que ha preparado para ti, mientras te entretiene contándote historias llenas de emociones.
Esta provincia abre a sus huéspedes los "salones" más elegantes de su casa, decorados en puro barroco siciliano.
Un estilo que refleja la reconstrucción del siglo XVIII, un momento histórico de gran relevancia artística.
Pasear por las calles de Ragusa, Módica, Scicli e Ispica, observando las preciadas arquitecturas con esa piedra carcaterística que refleja las decoraciones que adornan las plazas, iglesias y palacios.
Pero la historia empieza mucho antes, cuando los Sículos establecieron sus asentamientos en esta tierra. Y continúa con la Magna Grecia, la época romana y otras dominaciones que han influído el arte y la cultura de Sicilia.
Una magnífica tierra en el sur de Sicilia, que acoge el visitante con la alegría y la luminosidad de su gente.
Son tres las perlas declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad: Ragusa, Scicli y Módica, que junto a las otras cinco ciudades de la provincia de Catania y siracusa forman parte del Val de Noto.
Dos ciudades en una, así se puede definir Ragusa: una densa red de escalinatas y puentes une Ragusa Inferior o Ibla con Ragusa Superior, completamente reconstruida sobre los escombros que dejó el terremoto del 1693. Los dos núcleos urbanos, hoy en día practicamente unidos, surgen sobre dos colinas vecinas sobre profundas gargantas.
La Catedral de San Jorge, símbolo del renacimiento de la ciudad, es una magnífica obra de Rosario Gagliardi que puso su firma sobre muchas obras maestras del Val di Noto.
Columnas, frisos y estatuas dan a la fachada la suntuosidad típica del barroco. Los pilares de piedra delinean las tres naves interiores con capiteles elegantemente decorados.
Es imponente también la fachada de la Catedral, dedicada a S. Juan Bautista, dominada por la torre campanaria lateral que mide más de cincuenta metros.
Es muy interesante Santa María delle Scale, con el portal del siglo XIV que resistió al terremoto y reutilizado en la construcción de la nueva iglesia barroca. Edificios señoriales ricamente decorados embellecen las calles de la ciudad.
Desde la altura de una gran escalinata, destaca la imponente fachada de la Iglesia de San Jorge, símbolo de Módica, pequeña y preciosa ciudad del interior. La población se encuentra principalmente a los pies del peñón sobre el cual está situada la parte antigua, con pintorescos callejones, callejuelas y pequeñas escalinatas. Merece la pena visitar la Catedral de San Juan.
Mirando hacia lo alto impresiona la riqueza de las decoraciones y la pespectivade la fachada.
Módica es la ciudad nativa de Salvador Quasimodo, premio Nobel de Literatura y la casa donde pasó una parte de su vida, permanece como la dejó, con sus recuerdos y sus fotos.
Scicli: perla del barroco siciliano y de la costa ragusana.
Los balcones elegantemente decorados por rejas y motivos florales, los portales entallados con elegantes molduras y los marcos y frisos que completan el diseño, caracterizan la mayoría de los edificios señoriales de la ciudad y Palacio Beneventano es uno de los ejemplos más admirables.
La Iglesia de San Bartolomeo, considerada la reina de Scicli, compuesta en el exterior por tres cuerpos ensamblados en forma piramidal, columnas y pilastras que definen los contornos, frisos y decoraciones distribuidas armoniosamente y una cúpula en la cumbre.
Otra joya de arte de la provincia es Ispica que también ofrece bonitos atractivos naturales.
La belleza de la naturaleza costera brinda muchas oportunidades para practicar actividades al aire libre o disfrutar libremente del mar.
El excursionismo y el senderismo encuentran la ambientación ideal en la Cantera de Ispica, una profunda ensenada que se extiende por muchos kilómetros.
Los elementos que caracterizan este sugestivo recorrido son las sinuosidades, las cavidades naturales y las tumbas en forma de pequeñas cuevas, cuyas huellas recuerdan la presencia del hombre desde la prehistoria.
Una espesa vegetación mediterránea y los colores de los pequeños huertos en los campos de Ragusa, cultivados por los pocos habitantes que quedan, contribuyen al atractivo de este lugar.
Este rincón de Sicilia es famoso por ser una de las áre
as italianas de mayor interés desde el punto de vista ornitológico.
Los pantanos Bruno y Longarini son extensiones de agua salobre, separadas del mar por unas dunas.
Las riberas están cubiertas por una espesa vegetación típica de las zonas húmedas que aloja a numerosas aves migratorias.
Los observadores de aves podrán observar gallinas de agua, agachadizas, perdices de mar, patos, germanos reales, moñudos tabaccate y cotillas.
Una espléndida playa flanquea el Puerto de Ulises, con el blanco acantilado de punta Castellazzo señalando el confín.
Marina de Módica es el lugar ideal para vivir el espléndido mar que baña esta zona.
Gracias a la costa arenosa que la hace también apta a las familias y a la presencia de los vientos que permiten practicar windsurf y kite surf.
La movida nocturna también hace que sea perfecta para quien quiera entretenerse después de la puesta del sol.
Pequeños pueblos marineros se asoman a lo largo de la costa que alterna largas zonas de playa a promontorios rocosos.
Son lugares con un atractivo antiguo, donde la vida todavía transcurre con los ritmos de antaño.
Algunos han logrado una gran popularidad gracias a la serie televisiva El Comisario Montalbano, famoso personaje salido de la pluma de Andrea Camilleri e interpretado por Luca Zingaretti.
Para los más golosos, en Módica hay un acontecimiento particular, el "ChocoBarocco Modica: cuando el chocolate encuentra el arte", una feria dedicada a una de las tentaciones más irresistibles para los que aman los dulces.
La gastronomía ragusana y de todo el Val de Noto nace de una tradición antigua.
Los simples platos que cubrían la mesa de los campesinos han sido la base para inventar otras ricas recetas, manteniendo la sencillez y la autenticidad que desde siempre ha caracterizado la buena cocina de esta tierra.
Son muy sabrosos los pastieri rellenos de carne picada de cordero y cabrito y mezclada con queso y huevo, o los scacce (pastelitos salados) sabrosos por la riqueza del relleno.
Entre los segundos platos destacan las recetas con carne de cerdo y carnes blancas. Merece la pena probar las costillas rellenas y la gelatina de cerdo, típicos de Chiaramonte Gulfi y el conejo al pattuisa.
Hay una gran variedad de quesos: Ragusano DOP, caciocavallo ibleo, Tumazzo medicano, canestrato y la ricotta, todos ellos elaborados según antiguas tradiciones.
La pasteleria tiene un gran número de exquisiteces, empezando por el célebre chocolate modicano y los dulces navideños.
Hay varias recetas de galletas: los mustazzola, preparados con miel y almendras, los mpanatigghi, los tarallucci y las galletas de almendra, ingrediente príncipe de los dulces sicilianos.
Entre los vinos, vale la pena mencionar el Cerasuolo de la Vittoria DOCG, excelente acompañante de los platos de carne.
La provincia de Trapani se encuentra en la parte más occidental de la región Sicilia, extendiendose entre el Mar Tirreno y el Canal de Sicilia.
Es la tierra del estrecho que divide Sicilia de Calabria. La naturaleza ha querido ser generosa con esta provincia, convirtiéndola en una obra maestra que encuentra en el mar su marco ideal.
Caracas (Venezuela) Lunedi 18 novembre 2019 in occasione della presentazione della Settimana della Cucina Italiana nel mondo 2019 Umberto Calabese ha intervistato l'Ambasciatore del Gusto lo Chef italiano Gioacchino Sensale
Palermo fue la capital del Reino de Sicilia y desde 1816 se denominó Reino de las Dos Sicilias de 1130 a 1860 y fue el hogar del Parlamento electivo más antiguo del mundo.
Nopispo nos cuenta lo siguiente sobre el sabroso chocolate de Módica: “… di inarrivabile sapore, sicché a chi lo gusta sembra di essere arrivato all`archetipo, all`assoluto, e che il cioccolato altrove prodotto, sia pure il più celebrato, ne sia l`adulterazione, la corruzione…” Así definía Leonardo Sciascia, el chocolate de Modica y no seremos nosotros quien le quitemos la razón a este gran escritor italiano.
Siracusa, lugar fascinante y evocador que Cicerón definió como “la más bella ciudad de la Magna Grecia” conserva las huellas de la historia de la capital cultura a partir de la época griega hasta el período del Renacimiento y del Barroco.