“Creemos que hasta el cuatro de diciembre hay tiempo suficiente”, decía el ministro Claudio de Vincenti. “De aquí a entonces, los ciudadanos podrán analizar y debatir en profundidad los contenidos de la reforma. Ese es el objetivo”.
Con esta reforma, Renzi pretende acabar con el bicameralismo y simplificar la elaboración de las leyes. Su implicación en la consulta ha sido tal que ha llegado a vincular su continuidad como primer minsitro al resultado del referendum. Para la oposición es una oportunidad de alcanzar al gobierno.
“Renzi está escogiendo la última fecha útil”, se quejaba el diputado de Sinistra Italiana, Alfredo D’atorre, “porque espera que en esa fecha haya una baja participación y que así el ‘sí’ tenga algo de ventaja”.
La reforma del Senado trasciende la política doméstica italiana. Si el ‘No’ triunfara se desataría una crisis institucional se sumaría a los estragos que ya está causando la crisis económica en un momento especialmente delicado para Europa y su futuro. (Euronews)