Fotografiada por Annie Liebovitz, la esposa de Barack Obama posó en la portada con un vestido blanco de la venezolana Carolina Herrera, mientras que en el artículo internó luce prendas de Versace.
"Habría podido pasar estos años haciendo cualquier cosa, y de cualquier modo habría estado bien de la misma manera", relató Michelle, de 52 años, en la entrevista con Vogue America, en la que hace un repaso de sus ocho años en la Casa Blanca.
"Habría podido concentrarme en las flores, en las decoraciones, en el entretenimiento; porque cada Primera Dama debe definir su propio rol", señaló Michelle. "No tiene ninguna autoridad legislativa, no ha sido elegida, y este es un gran regalo de la libertad".
También Barack Obama, de 55 años, tuvo palabras de elogio para su esposa y para el rol que tuvo en la Casa Blanca: "Jamás pidió ser Primera Dama; como muchas esposas de líderes políticos, el rol le llegó", dijo.
"Pero siempre supe que sería increíble en este rol y que dejaría su impronta", continuó el mandatario. "El motivo es porque es la mujer brillante, generosa y divertida que por alguna razón aceptó casarse conmigo".
Según Barack Obama, muchas "personas se ven reflejadas en ella: una madre dedicada, una buena amiga y alguien que no tiene miedo de viajar de tanto en tanto".
Nacida en Chicago (Illinois) el 17 de enero de 1964, Michelle -de profesión abogada- fue la única Primera Dama afroamericana en la historia de Estados Unidos.
Madre de Malia Ann (1998) y Natasha -Sasha- (2001), tuvo una destacada labor como Primera Dama, en particular gracias a su programa contra la obesidad infantil "Let's Move" (Movámonos).
Defensora de la reforma sanitaria que impulsó su esposo, Michelle halló en su campaña la forma de introducir cambios en la sociedad sin tener que lidiar con el Congreso.
Entre otras cosas, y con el apoyo del Departamento de Agricultura, presentó nuevas directrices dietéticas para los comedores escolares, que duplican las cantidades de vegetales y reducen las sales y las grasas. (ANSA).