Organizada por Pan-National Arts, Art Suzhou es una plataforma internacional de intercambio artístico entre países que integra exhibiciones y seminarios académicos, y para cuya cuarta exposición del año los organizadores han elegido el antiguo símbolo de la Ruta de la Seda para construir una plataforma diversa que intercambie arte y cultura de Oriente y Occidente.
Art Suzhou premió a los artistas que han hecho una contribución excepcional y han promocionado el desarrollo del arte contemporáneo, entre ellos al venezolano Gustavo Blanco-Uribe, quien recibió el galardón de manos de Fram Kitagawa, Director General de Echigo-Tsumari Art Triennale, ganador del importante galardón japonés Premio Asahi 2017 que se entrega a personas y grupos con logros sobresalientes en el ámbito académico y artes, que han contribuido al desarrollo y progreso de la cultura japonesa y la sociedad en general.
Gustavo Blanco-Uribe, quien se encuentra actualmente residenciado en España, ha transitado por las artes plásticas, la decoración, el diseño, y la moda a lo largo de más de una década de trayectoria. Comenzó su carrera en Nueva York pintando y decorando vitrinas para firmas como: Bergdorf Goodman, Harry Winston, Ralph Lauren, Fred Leighton, Van Cleef & Arpels, Bardin Palomo; y como diseñador, para eventos de gran escala como “The Young Lions” New York Public Library, entre otros. Su obra ha sido exhibida en numerosas exposiciones colectivas e individuales en Venezuela, China, Estados Unidos y España.
Su obra presenta al espectador incógnitas del espacio que nos rodea a través del estímulo visual, en collages fotográficos sobre espejos y cortes de papel, donde los paisajes urbanos son intervenidos en un espacio alterno, incógnito, para crear un diálogo entre las formas geométricas y las imágenes.
Según explica el artista, la posibilidad de crear un espacio alterno de un instante de lo cotidiano, y contemplarlo sin emitir ningún tipo de juicio, puede crear un diálogo entre la imagen y la forma, adquiriendo entre ellas un espacio único a observar y meditar; además afirma que la geometría está presente en todo, en las manifestaciones de la naturaleza y en nosotros mismos.
“Aprovechando esta ley de la naturaleza propongo un doble juego en un sentido lúdico de lo que es real y lo que no es, lo imaginativo y la realidad. Aspiro crear una interacción que haga meditar y ejercitar la imaginación visual del espectador”, afirma Blanco-Uribe.