Real Madrid defenderá mañana su corona en la Champions League, torneo que lo tiene como el equipo más laureado de la historia con 12 títulos, ante un Liverpool que va por su sexta consagración en una final "sin favoritos".
Al menos así opinaron los protagonistas de la gran definición en Kiev en la previa de un choque que promete emociones y registra un único antecedente, cuando se enfrentaron en la final de la temporada 1980-81.
Aquella vez la gloria quedó en poder del Liverpool entrenado por el británico Bob Paisley, que se impuso por 1-0 el "merengue" del serbio Vujadin Boskov con un gol de Alan Kennedy a los 82' de juego en el estadio Parque de los Príncipes.
En ese Real Madrid jugaba Vicente Del Bosque, que lograría sacarse la espina por partida doble pues como DT del club blanco sumó dos "Orejonas": en 1999-2000, también en Francia frente al Valencia, y en 2001-02, ante Bayern Leverkusen en Glasgow.
El gol de ese triunfo en suelo escocés lo marcó el francés Zinedine Zidane, que jugaba en Juventus cuando Real Madrid cortó una sequía de 32 años sin halagos en el certamen en la temporada 1997-98 y alzó su séptima corona.
Las primeras cinco que otorgó la por entonces denominada Copa de Europa las cosechó en forma consecutiva el "merengue" a partir de 1955-56 y con un equipo en el que descollaban Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskas y Paco Gento, entre otros.
Las últimas las aportó el equipo que también hoy comanda Zidane, ayudante de campo de Carlo Ancelotti cuando Real Madrid alzó la ansiada décima "Orejona" en 2013-14 frente al Atlético Madrid en Lisboa.
Más allá de los pergaminos, el propio "Zizou" aclaró en la conferencia de prensa que en finales de este nivel "no hay favoritos", intentando tal vez restarle presión a sus dirigidos.
"Si queremos retener el título, debemos hacer un partido extraordinario", advirtió el francés, tras admitir que tiene un enorme respeto por el Liverpool del alemán Juergen Klopp. "Trataremos de sufrir lo menos posible cuando no tengamos la pelota", agregó Zidane, quien confesó también que no resulta tarea fácil elegir a los once que saldrán al ruedo, "el momento más difícil para cualquier entrenador".
"Más aún en una final, pero esa es mi responsabilidad y no la eludo. Quien inicie como suplente también es importante para el grupo", explicó antes de responder cómo veía en la previa a su principal carta de triunfo: el portugués Cristiano Ronaldo.
"Lo veo muy bien. Es alguien que vive para jugar este tipo de partidos", dijo sobre el astro luso que suma tres títulos en Champions con Real Madrid y otro con Manchester United, desde el que llegó al club español tras alzarla en 2007-08.
Corona que los "Diablos Rojos" comandados por el legendario Alex Ferguson ganaron por penales a pesar de que Cristiano Ronaldo, que había marcado el gol del United en el 1-1 con Chelsea, falló, como no falló el argentino Carlos Tévez.
El remate del portugués fue atajado por el checo Petr Cech, pero por suerte para él, el holandés Edwin van der Sar desvió el del francés Nicolás Anelka que cerró la serie en la que John Terry estrelló el suyo en un poste.
Mucha agua pasó desde entonces bajo el puente y Cristiano Ronaldo es hoy el artillero histórico del certamen con 120 goles, 20 por encima del argentino Lionel Messi, del Barcelona y su inmediato seguidor en ese rubro.
Cosecha que el portugués buscará incrementar mañana para superar los 15 que lo tienen como goleador en esta edición, con cinco de ventaja sobre el egipcio Mohamed Salah, la gran figura de Liverpool.
Recientemente electo como el mejor de la Premier League que consagró campeón al Manchester City de Josep Guardiola, Salah acepta el desafío y, aún cuando reconoce que Real Madrid llega como favorito, no se achica. Salah, que puede ser el primer egipcio en alzar la Champions, pasa por su mejor momento. En las elecciones presidenciales de su país, en marzo, más de un millón de votantes escribió su nombre sobre el de los candidatos en las boletas.
Tal es la popularidad de la que goza el hombre por el que apuestan también los fanáticos del Liverpool para volver a gritar campeón en el torneo continental, como en 1976-77, 1977-78, 1980-81, 1983-84 y 2004-05.
Un título, ese último en Estambul, que llegó en una de las finales más emotivas de la historia, pues Liverpool remontó tres goles de desventaja frente a Milan (para el que el argentino Hernán Crespo marcó dos) y terminó ganandola por penales.
Ancelotti dirigía aquel Milan y aún hoy debe estar preguntándose qué sucedió ante el Liverpool del español Rafael Benítez esa noche, aún cuando tuvo revancha dos años más tarde en Atenas ante el mismo rival, entrenado por el mismo DT.
Hoy, el sueño de Liverpool es comandado por un Klopp que apuesta por Salah pese a que el futbolista profesa la fe musulmana y a raíz del Ramadan cumple un ayuno que llevará diez días cuando lo complete media hora antes del partido.
"Está bien y lleno de energía", asegura su entrenador, según el cual el egipcio será determinante y si Liverpool gana es candidato a terminar con la hegemonia Messi-Ronaldo en cuestión de Balón de Oro.
"Está al nivel de ambos", dice Kloop de Salah, quien aún reconociendo los laureles de Real Madrid ("Es el club que más veces ganó la Champions y la ganó en tres de las últimas cuatro temporadas"), no se amilana.
"Tienen más experiencia, pero en cancha seremos 11 contra 11.
Si jugamos concentrados, podemos ganarles", augura Salah. Los hinchas del Liverpool también rezan por eso.(ANSA).
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