Esos versos que nos sorprendieron mientras corríamos de acá para allá con el primer café de la mañana quemando todavía en nuestra garganta o al coger el autobús distraídos pensando en nuestras cosas se las debemos al colectivo artístico Boa Mistura, el mismo que con el Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha Versos al paso, la iniciativa con la que pretenden llenar de poesía 1.100 pasos de cebra repartidos por los 21 distritos de la ciudad, multiplicando el efecto que consiguieron hace años e involucrando esta vez a los habitantes de la ciudad.

Y es que de esos 1.100 versos, 700 serán creaciones poéticas propias de los madrileños que podrán remitirlas hasta el 7 de septiembre a través de la web del proyecto. Para seleccionar los que finalmente se plasmen en el asfalto de Madrid, Boa Mistura creará un comité integrado por entre seis y 12 escritores, editores, periodistas, poetas y profesionales relacionados con el mundo del libro.

Los 400 restantes correrán a cargo de escritores, cantautores y artistas de diferentes disciplinas que regalarán sus creaciones a la ciudad por petición del Área de Gobierno de Cultura y Deportes del Ayuntamiento.

Versos al paso está abierto a cualquier persona que desee participar, con independencia de su edad o procedencia. Se pueden enviar tantas frases o reflexiones poéticas como se desee, siempre y cuando, sean de autoría propia y originales; y tengan entre 15 y 80 caracteres con espacios. El idioma no será impedimento: se puede optar por el que se prefiera y, en caso de no ser el castellano, incluir una traducción en el espacio reservado para ello en el formulario de envío.

Ya en otoño, Boa Mistura asignará los versos seleccionados a cada paso de peatones y comenzará su escritura. El objetivo es que en noviembre el asfalto madrileño luzca un poco menos negro y mucho más amable. Será entonces, cuando tu nombre o pseudónimo aparezca junto a tus versos si se encuentran entre los seleccionados.

Versos al paso quiere que construyamos la ciudad entre todos, pero una ciudad en la que se recuerde la importancia y el valor que la escritura y la lectura poética tienen en nuestras vidas; una ciudad donde el acto de caminar, el caminar consciente, esté cada vez más presente; una ciudad, en definitiva, en la que la gente, los peatones, recuperemos el entorno urbano.

¿Y si dejamos de andar con paso automático y escopetados? ¿Y si paseamos contemplando lo que vemos y dejamos que estos versos nos arropen?