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El derrumbe obstruyó por completo la ruta regional 203 entre Cencenighe y Agordo, en la región en torno a Belluno, y aisló a los pueblos al norte del deslave.
"Estamos de rodillas, ya previmos el cierre de todas las escuela", dijo Luca Zaia, presidente de la región Véneto. "Si no intervenimos rápidamente con financiaciones rápidas nuestros valles se despoblarán porque no tienen más servicios", advirtió.
Por su parte el gobernador de la región Liguria, Giovanni Toti, inspeccionó los daños causados por el mal tiempo en Portofino. "No será fácil ni rapidísimo pero esperamos restituir Portofino para el próximo verano a los millones de turistas que vienen a visitarlo", explicó. Quedan por delante grandes trabajos para restablecer las rutas de conexión y proteger al pueblo en caso de nuevas marejadas. "El daño es ingente", recordó Toti.
Mientras tanto el gran muro perimetral de un hotel en Casamicciola (Nápoles) se derrumbó debido a las fuertes lluvias.
Las piedras y tierra llegaron hasta la céntrica plaza marina, a poca distancia, que se vio invadida por escombros. Antes del alba hubo un fuerte temporal sobre la isla y poco después de las 6.00 cayó el muro de contención. Ayer asimismo se agravó el balance de víctimas, con otras cuatro víctimas, dos en el Valle de Aosta y dos en Trentino Alto Adige. (ANSA).
