Nicola Zingaretti (PD) Luigi Di Maio (M5S)
Resta apenas una semana para construir aquello que, a estas horas, le hace salir los ojos de sus órbitas a distintos miembros del Movimiento 5 Estrellas (M5S): una alianza con el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, que relegue durante años al ministro del Interior Matteo Salvini a la oposición.
Con la renuncia de Conte, todavía no oficializada a última hora de la tarde, inicia el recorrido para un acuerdo entre el M5S y el PD.
Se trata de un camino cuesta arriba que por el momento muestra escépticos a los líderes de ambas fuerzas, Nicola Zingaretti (PD) Luigi Di Maio (M5S), por distintos motivos.
El primero, en clave "anti Matteo Renzi", se inclinaría por la celebración de elecciones lo más rápido posible. El segundo teme que un eventual acuerdo con los demócratas lo relegue a un rol secundario que, al mismo tiempo, eleve la "cotización" de la corriente ortodoxa. Además, está la cuestión Matteo Renzi, senador del PD y expresidente del Consejo de Ministros: tiene el control de buena parte de los senadores, por lo tanto, un acuerdo con los demócratas no puede prescindir de él, algo que preocupa al M5S. El rompecabezas es complicado y basta ver los rostros desencajados que circulan por el Palazzo Madama (donde funciona el Senado) mientras se asiste al ocaso de la era M5S-Lega.
Y el retiro de la moción de censura por parte de la Lega contra Conte, esta tarde, complica las cosas (lo hizo tras el anuncio de dimisión del premier). La apertura de Salvini, además, coloca en no pocas dificultades al Movimiento 5 Estrellas y corre el riego de dejar el partido en manos de éstos.
Pero la jugada de Salvini está destinada a fracasar. Los grupos parlamentarios del M5S están, en gran parte (más en Diputados que en el Senado), en contra de un regreso junto a la Lega en concordancia con la línea de Giuseppe Conte: el vínculo de confianza ya está roto.
Los líderes del M5S habrían recibido el pedido de gestionar la crisis junto a representantes parlamentarios justamente para forzar el camino hacia un acuerdo con el PD.
Pero las dudas permanecen dentro del movimiento. Y no por casualidad, más de un integrante se preguntaba esta tarde cuál sería el contragolpe electoral más dañino para el M5S: ¿un acuerdo con el PD o un retorno junto a la Lega?.
Con una posibilidad todavía abierta: la de un gobierno institucional, decidido por el presidente Sergio Mattarella, que lleve a Italia a elecciones en marzo de 2020.
Sí, porque en el Senado pocos creen que se vote en septiembre próximo. El resto, sin embargo, permanece en la neblina.
Comenzando por el rol de Conte. El adiós del "abogado del pueblo" es una de las condiciones que, por el momento, habría puesto Zingaretti solo para sentarse a la mesa de negociaciones.
Por otra parte, es imposible que el M5S acepte un premier que provenga del PD. Rumores parlamentarios señalan, no por casualidad, como candidato al magistrado Raffaele Cantone, presidente de la Autoridad Nacional Anticorrupción pero su perfil no es tomado en consideración en el círculo del M5S.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta el consenso popular de Conte, con el que los líderes 5 Estrellas quieren seguir contando. Pero una segunda vuelta de Conte presenta un obstáculo: él mismo. Quienes lo conocen observan que no sería fácil hacerlo regresar sobre sus pasos y obligarlo a desdecirse de sus afirmaciones en los meses pasados: que tras su experiencia como presidente de Consejo habría eliminado el disturbio.
También fuentes del Palazzo Chigi, si bien no excluyen la posibilidad de un nuevo gobierno de Conte con un esquema diferente del verde-amarillo, definen como "absolutamente no descontado" que el profesor de derecho acepte la oferta. Ciertamente, bien distinto sería si una propuesta de ese tipo tuviese la clara -si bien informal- aprobación de la presidencia, incluso porque el vínculo entre Conte y Mattarella se cimentó durante meses.
Pero la verdad es que se navega a la deriva. Lo demuestran los conciliábulos que se suceden en el Senado. Como aquel concitado entre Giancarlo Giorgetti, Stefano Buffagni y Gianluigi Paragoni, los tres conservadores filo leguistas del M5S.
Sin embargo, Conte salió con la cabeza bien alta. Y su discurso en el Senado, más que un testamento, se tornó una suerte de manifiesto político de una personalidad que difícilmente saldrá de escena. Es difícil -pero todavía no se excluye por completo la posibilidad- que Conte sea designado Comisario Europeo. Pero sobre el futuro en política, o en las instituciones, del premier italiano, hoy en el Senado apostaban casi todos.(ANSA).
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Nicola Zingaretti (PD) Luigi Di Maio (M5S)
