La francesa Brigitte Bardot, símbolo erótico internacional en los '60, eje de tendencias y modas, retirada del mundo del espectáculo a los 42 años, cumple 85 en la intimidad y alejada de las resonancias.
Desafiante, atrevida y mordaz, fue capaz de conquistar a varias generaciones, pero pareció incapaz de asimilar el tamaño de su éxito, atravesó tres intentos de suicidio, amenazas de bomba y polémicas varias, hasta que decidió recluirse.
Aquella imagen de la pantalla gigante de 1956, desplegando encantos sin rubores, bailando descalza sobre una mesa se ha transformado en polvo del tiempo.
Tan atrevida que hasta visita a un pintor de fama, pero Picasso la desaira, se mantiene fiel a su querida Jacqueline y no la retrata como ella deseaba.
Su éxito fue precoz, en plena adolescencia, con apenas 15 años, la prestigiosa revista Elle ya la había seleccionado como estrella de su portada, modelo de la mujer francesa.
A pasado mucho tiempo y hoy celebra su 85 cumpleaños. Ya no es eco en un mundo dominados por las tecnologías de la comunicación.
La bella y encantadora rubia, alguna vez prohibida en Estados Unidos, por sus sensualidad y osadías, está recluida en la intimidad de sus afectos.
Rodó más de 50 filmes y dejó huella. Decidió retirarse prematuramente en 1973, a los 42 años. Ni el mismísimo Marlon Brando logró convencerla y "la Bardot" rechazó una oferta de un millón de dólares por tenerlo como partenaire en un filme. Desde entonces tomó una determinación: el icono internacional de la sensualidad se convirtió en una acérrima defensora de los animales. Fue por lo único que apareció en la vida pública.
Es una leyenda, pero nadie le rinde homenaje. (ANSA).