Se inauguró hoy el nuevo Puente de Génova que, con la colocación de la primera sección de la cubierta entre los pilares 5 y 6, se erige como un monumento al sufrimiento de las 43 víctimas del derrumbe del puente Morandi y como símbolo de esperanza.
En la ceremonia estuvieron presentes el premier italiano Giuseppe Conte, la ministra de Infraestructura, Paola De Micheli, el alcalde de la ciudad, Marco Bucci y el gobernador de Liguria, Giovanni Toti. También, Pietro Salini de Salini Impregilo, que junto a Fincantieri integra el consorcio de empresas de los constructores. El evento de hoy jamás podría haber sido una fiesta porque en ese sitio murieron 43 personas pero cada uno de los presentes tuvo la necesidad de decir que esta especie de "milagro" -demolición e inicio de la construcción en poco más de un año desde el derrumbe- "es el símbolo del renacimiento".
Así lo afirmó Conte, quien agradeció a la "comunidad laboriosa que concretó este proyecto: operarios, dirigentes, instituciones e ingenieros".
En ellos y en su seguridad pensó el arquitecto italiano Renzo Piano, quien quiso regalar a Génova, su ciudad, el proyecto. "Trabajen en seguridad", les pidió, sobre un proyecto "que es también uno de paz".
Algunos operarios estuvieron junto a las autoridades como si fuesen una verdadera guardia de honor: evidentemente emocionados debajo de sus cascos blancos, les estrechaban las manos a los funcionarios y se tomaban "selfies" con ellos.
Tal vez, porque hoy es también el día de ellos, el de los "operarios acróbatas", como los denominó Piano. Ellos representan "la certeza de que cuando estamos todos juntos damos una señal de que en Italia logramos hacer las cosas adecuadas en tiempo y forma", dijo Marco Bucci. "Es un puente relacionado con el ADN de los genoveses, que tiene una cubierta fuerte como el acero y que se asemeja a una nave: para los genoveses, navegar el mar significa dar riqueza a la ciudad", sostuvo.
Por su parte, De Micheli, sostuvo que este puente es "un símbolo del vínculo que Italia desea tener con Génova".
"Es una gran lección. Trajimos luz y esperanza a todo el país", dijo Conte.
Señaló, además, que el puente es un ejemplo de "empresa común, de sinergia", y volvió sobre el tema de la revocación de la concesión a Autostrade. "El procedimiento para la caducidad de la concesión está en curso. No haremos descuentos a los privados y perseguiremos solo el interés público", afirmó el premier.
Pero el puente es también "colaboración entre instituciones", subrayó Toti. Y, claro está, es un monumento que recuerda a aquellas 43 víctimas: cemento amasado con lágrimas y sin flores, pero que se alza 100 metros hacia el cielo.
De a poco, el puente fue quedando vacío, salvo por los operarios que transportaban las 500 toneladas de hormigón armado que componen el tramo de cubierta. Las autoridades se trasladaron hacia el Puerto Antiguo, donde se ubicó el centro de información sobre la reconstrucción, como una manera de incluir a la ciudad en el proyecto y mostrar transparencia en una operación sin precedentes. "De la tragedia nace la redención", sostuvo Conte, quien garantizó máxima atención y consideración incluso para la recalificación del área tras el encuentro con los delegados del comité de habitantes de la zona. El tema central de la reunión fue qué hacer con los materiales de la destrucción del puente que todavía están donde se emplaza la obra. Otro problema que Génova deberá enfrentar y, sin duda, logrará hacerlo. (ANSA).
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