El presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, viajará a Estados Unidos donde será recibido por Donald Trump, el próximo miércoles en la Casa Blanca, con nutrida agenda. Una visita que cae en un momento muy delicado, entre la investigación para un eventual juicio político al presidente estadounidense y el Rusiagate en el que Italia también quedó enmarañada. Pero la reunión, según lo especificado por la Casa Blanca este sábado, también será una ocasión para que el magnate exprese sus preocupaciones sobre la penetración china en las redes de nueva generación, el 5G, al "aliado" italiano.
Se da por sentado que es poco probable que Trump y Mattarella sean capaces de abordar el tema muy delicado del Russiagate (el Quirinale acaba de declarar hace unos días que no tenía información del gobierno sobre este tema) y es fácil prever que el presidente italiano proporcionará las máximas garantías de atención a la seguridad de los datos, al tiempo que confirmará la línea de autonomía en este asunto.
Es inevitable que las conversaciones se centren en el frente comercial, con los aranceles de Estados Unidos contra Europa y el Made in Italy en algunos de sus excelentes productos listos para ser lanzados el 18 de octubre. Esa partida aún no está cerrada e Italia espera, como dijo Mattarella, que "las medidas no se apliquen". No se puede excluir que los dos líderes hagan hincapié en la ofensiva turca en Siria, en la que el gobierno italiano ha tomado una posición muy clara, pidiéndole a Ankara que detenga su acción y Europa que no acepta el chantaje turco de abrir puestas a los refugiados.
"Italia es un importante aliado de la OTAN y es un país clave para traer estabilidad a la región mediterránea", declaró la Casa Blanca en la nota en la que anunció oficialmente la visita de Mattarella, elogiando las fuertes y duraderas relaciones entre Italia y los Estados Unidos.
Se trata de un vínculo que los dos líderes intentarán fortalecer aún más en interés mutuo, capitalizando también el "feeling" entre Trump y el primer ministro Giuseppe Conte, a quien el presidente estadounidense respaldó con insistencia.
Pero también Mattarella expresa una garantía atlántica sin grietas: "La relación transatlántica constituye un vínculo indestructible para los países de la Unión. Es un vínculo indestructible cualesquiera que sean las dificultades que, de manera contingente, pueden manifestarse y presentarse", dijo.
ayer mismo, tal vez pensando en la entrevista de la Casa Blanca.
"La importancia de la seguridad de las telecomunicaciones, especialmente la relacionada con 5G, y del comercio justo y recíproco" son los temas que el presidente estadounidense "enfatizará" con Mattarella, especificó la Casa Blanca.
La cuestión de 5G y Huawei ha estado afectando desde hace mucho tiempo a los Estados Unidos. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ya ha enumerado las preocupaciones estadounidenses durante su última visita a Italia, observando cómo en el 5G y la tecnología china, Estados Unidos cree que existen riesgos graves porque, reiteró, "es una red controlada por el partido comunista chino". Mattarella tendrá la tarea de tranquilizar al presidente estadounidense y explicar en detalle la legislación sobre el Poder Dorado aprobada por el gobierno italiano que, en una de las primeras iniciativas, decidió ejercer poderes especiales en el suministro de equipos a los grupos TLC que operan en Italia.
Se espera que el presidente de la República en Washington el 15 de octubre. Al día siguiente está programada una reunión con Trump, quien también organizará una recepción en honor de Mattarella por la noche. El 17 de octubre, el inquilino de Quirinale estará en el Congreso, donde se reunirá con la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, la enemiga número uno de Trump que ha decidido iniciar la investigación sobre la posible acusación de juicio político al presidente. Después de la parada en Washington, Mattarella volará a California, a San Francisco, donde en Stanford participará en el Foro de Innovación Estados Unidos-Italia. (ANSA).
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