Roberto Briceño León, director de esta ONG, dio a conocer las cifras durante la presentación del informe "Somos Noticias", que elaboró junto a los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap).
Precisó que, del total de las cifras de muertes, "425 fueron homicidios, es decir cada día murieron tres niños de manera violenta y 21 cada semana".
Además, detalló que las regiones de Miranda, Zulia y Bolívar fueron las que registraron más muertes violentas contra niños, niñas y adolescentes el año pasado.
"La tasa de homicidio más baja por estado es tres veces superior a lo que la OMS considera una epidemia, es decir, donde hay menos muertes violentas ya se puede considerar como epidemia", afirmó.
Destacó que, "100 niños de entre cero y 11 años murieron víctimas de un homicidio, mientras que el 76% de estas muertes, es decir 325 de los asesinatos se cometieron contra jóvenes de entre 12 y 17 años".
Briceño León dijo que "tenemos evidencia de muertes violentas entre niños menores de 12 años, pero preferimos no incluirlos, para tener datos más seguros". "Hay un grupo de 3.000 muertes que no se pudo identificar la edad, por experiencia, en ese número sabemos que hay un grupo de niños, niñas y adolescentes, es decir que tenemos datos conservadores", apuntó.
Asimismo detalló que, de la cifra total de muertes, "88 son suicidios, de los cuales 81 víctimas son jóvenes con edades comprendidas entre 12 y 17 años, y 7 son niñas y niños menores de 12 años".
Igualmente, refirió que, de la cifra total, "68 son muertes por resistencia a la autoridad", y "539 son casos que están en averiguación".
"Pareciera una cifra modesta, pero en realidad decir que 68 niños, niñas y adolescentes mueran por supuesta resistencia a la autoridad es sumamente grave", alertó.
En este sentido dijo que las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de la Policía Nacional Bolivariana "aparece como el cuerpo de seguridad del Estado que causa más muertes de niños y adolescentes por resistencia a la autoridad".
A su vez Gloria Perdomo, coordinadora de la misma ONG, sostuvo que las faltas de políticas de atención psicológica en un contexto de país tan marcado por la violencia, el bullying y la niñez dejada atrás, generan este tipo de actos violentos que dejan marcas en los más jóvenes, quienes ven desatendidas sus necesidades.
"Hay siete casos de suicidio en los que aparecen las armas de fuego. Debe haber intervención del Estado para prevenir estos hechos", exigió.
Enfatizó que estas situaciones que solo generan "sorpresa, preocupación o vergüenza", dejan en evidencia la poca importancia que se le da desde la sociedad y el Estado a los suicidios dentro de la población más joven.
Ambos investigadores coincidieron en que la niñez sigue siendo víctima de múltiples y prolongadas amenazas y vulneraciones a sus derechos, y formularon un llamado al Estado para que reconozca la violencia contra los niños, niñas y adolescentes como un problema de salud pública. Según esta ONG, Venezuela es considerada como uno de los países con mayor número de muertes violentas en la región y en el mundo, que registró el año pasado un saldo de 16.505 de homicidios, es decir, una tasa de 60,3 de muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
Además, el país con las mayores reservas de crudo atraviesa una emergencia humanitaria compleja sin precedentes, en medio de la pandemia del Covid-19, que registra 361 casos positivos y 19 fallecidos, según cifras oficiales. (ANSA).