Roma cuenta con una de las más antiguas comunidades judías del mundo. Su historia está estrechamente ligada a las vicisitudes de la Iglesia Católica y del Papado, que a través de los siglos ha desempeñado un papel tanto de protector como de perseguidor de los judíos romanos.
Culturalmente rica y vivaz, la comunidad judía, si bien un poco diseminada por toda la ciudad, presenta un centro principal en una pequeña zona junto al río Tíber, donde los antepasados judíos fueron agrupados por voluntad del papa Paolo IV: el gueto.
Precisamente en este gueto, barrio lleno de historia, se encuentra el Museo Judío de Roma, una pequeña joya en el conjunto monumental del Templo Mayor, abierto desde 1960 para acoger los testimonios de la comunidad judía de Roma. En sus 700 metros cuadrados se exponen 400 piezas de plata romanas de los siglos XVII y XVIII, casi 1000 telas preciosas provenientes de toda Europa, modelos, mármoles y pergaminos miniados que narran la historia milenaria de los judíos romanos.
No sólo la imponente sinagoga del 1874, frente a la isla Tiberina, fascina a los turistas que la visitan, sino también los restos romanos, medievales y renacentistas de Vía del Pórtico D’Ottavia, centro simbólico del barrio junto con la plaza de Le Cinque Scole, son algunos de los centros de interés. Una mezcla arquitectónica rodeada de palacios umbertinos que se disponen hacia el Tíber y que testimonian la estratificación edilicia de la zona y que presentan una amplia oferta gastronómica en el barrio.
En el gueto de Roma se pueden probar los auténticos platos de la cocina tradicional romano-judía y elegir entre los numerosos locales kosher que existen y que ofrecen además una excelente pastelería.
El gueto es también un lugar de la memoria. Son numerosos los restos que recuerdan la persecución fascista nazi y una de sus plazas lleva el nombre de la mayor detención de judíos de la historia de Italia: Plaza 16 de octubre 1943. Ese día casi 1000 judíos, la mayor parte mujeres y niños, fueron detenidos y deportados a Auschwitz donde murieron casi todos.
La Roma judía no se limita al perímetro del gueto. En toda la ciudad se pueden visitar numerosos templos de distintos ritos (sefardita, italiano, moadim) y descubrir las huellas de la antigua presencia judía incluso en el foro romano o en el yacimiento arqueológico de Ostia Antigua. Italia.it