A continuación, diez que forman parte del imaginario colectivo de los espectadores de todo el mundo. - C'ERA UNA VOLTA L'AMERICA (1984). La dirección de Sergio Leone, la música de Ennio Morricone. Ya no el "western spaghetti" que había signado el comienzo de su alianza, sino el Estados Unidos de los años 20, con Robert De Niro en el papel de un gangster de origen italiano.
Una música onírica, atormentadora, que acompaña en la pantalla las imágenes empañadas por el filtro del recuerdo. Una partitura que se hace eco, sin perder nunca su belleza mística, de uno de los desafíos compositivos más complejos e importantes de su carrera.
- NUOVO CINEMA PARADISO (1988). Oscar a Giuseppe Tornatore por el Mejor Film Extranjero. Mérito de una banda sonora inolvidable y de un relato delicado y melancólico sobre la infancia y un mundo perdido.
Con sus partituras el maestro agrega delicadeza a la delicadeza, subrayando con nostalgia la antítesis entre el tiempo pasado de la cándida juventud y la conciencia de la edad adulta. Un abrazo cálido que envuelve al espectador, melodías que se vuelven poesía.
- PER UN PUGNO DI DOLLARI (1964). El silbido por antonomasia.
El silbido que se vuelve inconfundible icónico y que va a la par con la obra de Sergio Leone. La capacidad de saber trabajar sin orquesta, con poco dinero, transformando un silbido, una trompa, un disparo en la más formidable síntesis de la epopeya western.
Un tema que pasó a la historia y que, al comienzo de su carrera, firmó con el pseudónimo de Dan Savio.
- LOS INTOCABLES (1987). Nuevamente atmósfera de gangsters, de Estados Unidos en la época del Prohibicionismo. Esta vez es Brian De Palma quien confía su obra al maestro.
Una banda sonora que va de la música tradicional del thriller al jazz, logrando transportar al público a las atmósferas tenebrosas de los bajos fondos de la Chicago de los años 30.
- GIU' LA TESTA (1971). Dentro se encuentra todo el arte de Morricone: un conmovedor tema lírico que se apoya en un acompañamiento pianístico a lo Burt Bacharach.
- NOVECENTO (1976). Clarinetes que relatan historias: historias de amor, de guerra, de amistades y contrastes y que luego estallan en el caos de una orquesta. Tonalidades que consiguen expresar a nivel sonoro la odisea y los cambios de una época, con una cohesión que no tiene igual.
- THE HATEFUL 8 (2015). Primer Oscar después de cinco nominaciones para Morricone, llamado por Tarantino para su segundo western después de "Django Unchained". Oboe y órgano, acompañados por el sonido del carillon, se funden en un aire lúgubre para acompañar la ansiedad, el terror y los escalofríos puestos en escena por el realizador norteamericano.
Es el primer western para Morricone después de 35 años, y mezcla (y opone) la modernidad estilística de Tarantino con el clasicismo de sus creaciones.
- IL BUONO, IL BRUTTO E IL CATTIVO (1966). Tal vez el tema más célebre de Morricone para el último capítulo de la llamada "trilogía del dólar". Vuelve el inconfundible silbido, entre trombas que subrayan cabalgadas por los prados desolados del salvaje oestes.
- MISSION (1986). Morricone deja huella también este film de Roland Joffè, Palma de Oro en Cannes. Entre religiosos y mercenarios en la Sudamérica colonial del siglo XVIII, el maestro da libre desahogo a su vena concertística y sinfónica, envolviendo al film con su música con una calculada insistencia.
- INDAGINE SU UN CITTADINO AL DI SOPRA DI OGNI SOSPETTO (1970). Cinem de denuncia firmado por Elio Petri, otra banda sonora inolvidable. La inspiración acusatoria del realizador y de Gian Maria Volontè, memorable protagonista. (ANSA).