La cita es esta noche en el Palazzo Chigi. El enfrentamiento entre el Gobierno y los sindicatos por el decreto del Trabajo, que será aprobado mañana por el Consejo de Ministros, promete ser cuesta arriba. La CGIL de Landini critica los ajustados plazos para evaluar el texto y acusa al ejecutivo de "arrogancia". La oposición también está atacando.

El Gobierno no se desmorona y pretende aumentar en otro punto porcentual el recorte de la cuña fiscal para las rentas hasta los 35.000 euros y facilitar la contratación. Sobre la mesa también está la reforma de la renta básica: se llamará 'subsidio de inclusión' y apoyará a los italianos que no puedan trabajar, iniciará cursos de formación para otros y reducirá el subsidio para personas en activo, anulándolo en caso de negativa de una oferta de trabajo.

Las razones de los contratos de duración determinada, de 12 a 24 meses, vinculados a contratos nacionales o convenios entre empresas y trabajadores serán más ligeras en el decreto. Los emprendedores podrán contar con incentivos para contratar jóvenes hasta los 30 años: estarán vigentes desde el 1 de junio hasta finales de 2023 y deberán cubrir el 60% del salario bruto. No hay cotización a la seguridad social para los contratos en las regiones del sur si se contrata a desempleados o menores de 35. El umbral para el uso de bonos se elevaría de 10 a 15 mil euros para los trabajadores de las empresas turísticas.

Las mallas para los contratos de aprendizaje son más amplias. También se fortalecerán los contratos de ampliación: se extenderá el tobogán de pensiones hasta cinco años para las empresas con más de mil empleados.