Israel persiste en su posición de responder, golpe a golpe, a quienes en la comunidad internacional señalan que el derecho a la defensa tras el feroz ataque de Hamas, el pasado 7 de octubre, "no justifica una masacre" de civiles en la Franja de Gaza.

Esos dichos, esta vez, llegaron de parte del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, que había invitado al gobierno israelí a detenerse, pidiendo una respuesta "proporcionada" que "ciertamente no es proporcional a 30.000 muertos".

Se trata de palabras que la embajada de Israel ante la Santa Sede definió en una larga nota como "deplorables".

"Juzgar la legitimidad de una guerra sin tener en cuenta todas las circunstancias y datos relevantes conduce inevitablemente a conclusiones erróneas", advirtió la embajada.

Sin embargo, los llamamientos a Israel a la moderación se multiplican: el presidente francés, Emmanuel Macron, también definió el número de muertos en la Franja como "intolerable" y, al hablar por teléfono con el premier israelí, Benjamín Netanyahu, le pidió que "detuviera la operación militar" en Gaza.

En la misma línea se expresó el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, quien, a su vez, advirtió a Israel contra una "reacción desproporcionada" que "está provocando demasiadas víctimas civiles".

El viceprimer ministro aclaró que Italia "no ha cambiado su línea política", pues, por un lado, reiteró su amistad hacia Israel y su derecho a defenderse, pero, por el otro se permitió dar "consejos de amigos" y pidió que caigan en el juego de Hamás, sino que realicen "ataques selectivos e intentar reducir los daños a la población civil".

Tajani también siguió considerando la solución "dos pueblos, dos Estados" como la única duradera, pero presionó para una reducción de la tensión en el futuro inmediato: "Debemos apoyar el diálogo en Egipto para suspender los combates y liberar a los rehenes", explicó en referencia a las conversaciones en curso en El Cairo para un acuerdo de tregua.

Italia, anunció también el ministro en la Cámara, destinó otros 10 millones de euros en ayudas a la población palestina, además de los 10 primeros en diciembre.

"Nos aseguraremos de que lleguen a los civiles que los necesitan y no caigan en manos equivocadas", afirmó el jefe de la Farnesina en el Parlamento, después de haber suspendido, como muchas otras cancillerías occidentales, la financiación de la UNRWA, abrumada por el escándalo de los empleados acusados por Israel de haber participado en la masacre del 7 de octubre.

"Gaza fue transformada por Hamás en la mayor base terrorista jamás vista", un proyecto "apoyado activamente por la población civil local -afirmó la embajada de Israel ante la Santa Sede-. Los civiles de Gaza también participaron activamente en la invasión del 7 de octubre, matando, violando y tomando como rehenes a civiles. Todos estos actos se definen como crímenes de guerra".

Por el contrario, prosiguió la sede diplomática, las operaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel "se llevan a cabo respetando plenamente el derecho internacional".

Para demostrarlo, la Embajada también proporcionó un crudo recuento de las víctimas palestinas en Gaza, comparándolas con las de las operaciones militares occidentales en el pasado reciente: "Según los datos disponibles, por cada militante de Hamas asesinado, tres civiles perdieron la vida".

"Todas las víctimas civiles deben ser lamentadas, pero en las guerras y operaciones de las fuerzas de la OTAN o de las fuerzas occidentales en Siria, Irak o Afganistán, la proporción era de 9 o 10 civiles por cada terrorista", en resumen, tres veces más.

Explicaciones y cálculos que, sin embargo, no son suficientes para el Vaticano: "Nadie puede definir lo que sucede en la Franja como 'daños colaterales' de la lucha contra el terrorismo".

L'Osservatore Romano escribió en un editorial en el que manifestó que la Santa Sede está siempre del lado de las víctimas.

Por lo tanto, "de los israelíes masacrados en sus kibutzim, de los rehenes arrancados a sus familias, así como de los civiles inocentes, un tercio de ellos niños, muertos por los bombardeos en Gaza".

El Vaticano reconoce "el derecho de Israel a llevar ante la justicia a los responsables de la masacre de octubre", pero reitera que eso "no puede justificar esta matanza" e invoca "el necesario parámetro de proporcionalidad".

"Que se silencien las armas -concluyó el Osservatore- antes de que sea demasiado tarde para nuestro mundo al borde del abismo". (ANSA).